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~Bl)iar
digna'tnente las 1lusiones
y
estravíos culpables
~le
n1uch0s de sus n1ien1bros,
y
de lavar ]a mancha
ele
qne q_nizá tenian necesidad de ser purificados, se enca–
Ininen
á
la
tun1ba de Clemente
XIV
para bacer allí
una retractacion solemne
y
pedirle perdon. Entonces,
añadía, sobre esos restos sagrados conjuren al Señor,
para que la ignonünia, de que tan injustamente cubrie–
ron el non1bre de Clemente en su vida
y
mucho
des~
pues de ella, haga mas brillante
y
rnas pura la corona
dB
gloria, con que ha sido ceñida su freilte por la
jus~
ticia de Dios." .Esto
y
mas
~e
encuentra en la introd
duccion
á
su obra.
ARTICULO
XXIII.
Restabl~cilniento
de la Co1npafiia.
§
l.
o
230.
Echen1os
la
vista
á
las naciones cató1icus
des..
¡mes de la estineion de ]a cornpañia. Sucedió ella ca–
bahnente en una época, en que se aproximaba el cata–
clisnlo de la revolucion fl·aucesa que ha conn1ovido al
rnundo. M-enos necesitaban los padres estinguidos
y
sus ciogos partidurios, para in1putar todos los n1ales
á.
su estincion.
N
o advertian, que los elen1entos se ha–
llaban preparados de anten1ano, en el despotisn1o del
gobierno,
y
priucipaln1ente en el intolerable orgullo
da Luis
XIV
que
~e
1lan1aba
el Estado,
y
disipaba
en
guerras
y
lujo la hacienda nacional,
y
cuyo fanatisn1o
posterior, 1nolestaba
á
hon1bres industriosos; en la in–
ltloralidad
y
clisipacion de la · regencia
y
del reinado
de Luis
XV;
en
la
arrogancia de los nobles; en el nle–
nospr~cio
al
pueblo n1iserable, que despues de huber
sufrido., n1urn1uraba
y
se irritaba
y
se lanzaba co1no
torre_nte contra los autores de sus dosgrucias. Si estas
causas
u
o estuvieran
á
la vista de todos, estarian en el
eorazon de los franceses,
y
no podr!an dejar de hacer es–
p]osion terrible
á
su tien1po. Porque los sucesos to–
nlaben despues nn carácter terrible, que no se previó al
pri neipio, no hay que olvidar, que hon1bres perversos
so
hnl>ieron apoderado de la autoridad,
y
hasta de la
defensa de
l~?s
buenos prindpios,
que
en tales n1anos