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147-

herejes, gentíles

ó

turcos en una necesidad :-grave,

y

responde, segun costumbre en sus probleJnas, qne

están obligados

y

no están, decidiéndose por lo último

como mas probable, fundacl0 en la razon signiente---–

"el padre puede privar ele la herencia

á

un hijo here–

je,

y

segun Sanchez, en todos los casos en que los

pa-.

dres puedan desheredar

á

sus hijos, pueden negades

alimentos, fuera de la necesidad estrmna; luego el hi–

jo católico no está obligado

á

dar alin1entos al padre

hereje, fuera de la necesidad estren1a.

Y

aun en esta

no estará obligado, si el padre quiere apar-tarlo de la

fe

católica; pues cuando los padres

ó

hermanos nos

impelen

a

pecar, debenlOS abandonarlos y

aborrec~r­

los, segun la palabra del señor en san

Luc~s:

ya no

son padres, sino enemigos del alma y de su sálud."

Así destrozaban los jesuitas el corazon, haciendo odio–

sas las mas dulces

y

santas relaci"ones.

187. Respecto del rejicidio no diremos que los pa–

dres jesuitas hubiesen sido inventores de la doctrina,

sino que, como siempre, supieron distinguirse

en

ella.

Sabida es la sentencia del

P.

Mariana, en su obra---–

de

rege et regís institutione,

impresa con la licencia del

P.

Ojeda, visitador de la compañia, por

faculta~ e~.pecial del

P.

general Aquaviva. Re-fiere y alaba·

·~~et

hecho ele

J

acobo Clernente,

honor eterno de la

F'rdn'cia,

juicio de la mayor parte.''

El cardenal Belarmino puso su respetable nombre

entre los de sus hern1anos en esta n1ateria. Dice 'que

los papas no han acostumbrado contener

de

esta

ma-

1tera

los

atentados de los reyes, sino que prilnero lo's

corrijen paternalmeilte, despues los privan de los sa–

m·ameutos por medio de las censuras,

y

absuelven

á

los súbditos del juran1ento de fidelidad, privándolos

de toda dignidad, si el caso lo exije;

la fjec-ucion

perte–

nece

á

otros.

Ajuicio del mismo cardenal, san Pedro

rnató,

esta es su palabra-occidit,

á

Ananias

y

Safira.

El P.

Suarez enseña, que "un rey depuesto por el

papa puede ser expelido ó

?nuerto

por aquellos

á

quie–

nes el papa lo encomiende."

188. Concluyámos de referir las escandalosas l'e–

glas de nuestros autores, por las que han dejado res–

pecto del amor de Dios. Valga por todos el

P.

Esco·–

bar, que

proponiéndose varias

dudas acerca del pre·

1

- •.••

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