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independiente, y siu ejemplo hasta ahora en los aná–

les del mundo ......La oberania de la España no era

mas que un nombre vacío de sentido,

los jesuitas

eran los señores absolutos del Paraguay. Estos pre–

tendidos lugartenientes del Rey católico daban cuen–

ta de su administracion al general de la órden, de

quien emanaban las ordenanzas y decisiones relati–

vas al gobierno ele las reducciones."

"Seducidos y encantados por este atractivo irresis–

tible, que ejercen sobre pueblos salvajes las solas apa–

riencias de civilizacion, mas de cien mil indios vinie–

ron á colocarse al rededor de los padres. Naturalezas

de niño, vivas, imp]:esionables, como nuevas, presen–

taban la oportunidad ele hacer hombres; pero los je–

suitas no quisieron hacer hombres sino esclavos. Re–

ligion, leyes, costumbres, educacion, todo el sis-

tema descansaba sobre esta idea.........y todo se re-

sumía en un

precepto-obediencia

los benditos padres.

Propietarios universales de los bienes y de las perso–

nas, legisladores civiles

criminales, los jesuitas es–

cogieron, en esta pretendida ciudad de Dios, para

sancion de sus leyes una penalidad, digna de ser el

signo visible de su justicia- el

azote."

"Son ellos los que han comprendido la mision ci–

vilizadOI•a de este medio, desconocido en nuestros

dias, y han aplicado la realizacion sobre una basta es–

cala. Estos virtuosos ciudadanos ele la

república cris–

tiana

recibían azotes por las menores faltas. Por una

distraccion en la nüsa,

azote-por

un jesto irreverente

azote-por

una palabra indirecta,

azote;

y luego ,como ·

en desquite, despues de la correccion eran admitidos

á besar la orla del hábito de los buenos padres. En

la vida de estos pobres

niños

todo era vigilado, pre-

visto, reglado por los

inf~libles

directores .........A \

esta inquisicion de todos los instantes se añadía la

delacion, exigida en deber de conciencia y recompen–

.sada como una virtud ..

... Por lo demas, la compañia

representante de la Providencia evitaba comprometer

su dignidad en las menudencias ele la administracion

del azote. Quedaba ella en la nube, dejando á

majis.~