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58-

siilónimo de esclavitud contra los pobres indios-; pero

observarán igualmenté que los nombres no ·varia:n la

naturaleza_de las cosas; que la opresion disfrazada,

el yugo sünulado, y duloinc'ado, si se quiere, con la

santa palabra de la religion, que los españoles secu–

lares no podían inv-ocar como (ministros de ella, no '

dejaBan de merecer llmnarse opresion, yugo, servi–

dumbre, esclavitud, pues en verdad lo

er~n;

y que la

humillacion consentida es la mayor y mas peligrosa

de las humillaciones, hasta que un esfuerzo extraordi–

nario despierte al hombre dormido,

y

caiga en cuen-

.ta de que no es

vida dichosa la servidumbre,

como lo

creían los vasallos de los Incas, segun el testimonio

de un padre de la compañia.

N

o dejarán de notar la

estraña mezcla de vitupérios

y

elogios de los indios

-perezosos, poco económicos, aunque

nad~

]es so–

braba, de

apeti~o

clevorante, ligeros, inconstantes, di–

:fi.c~les

ele desarraigarles ciertos vicios groseros, incli–

nados casi invencible1nente á la en1briaguez;

y

por

otra parte sin procesos ni querellas,

sin mio ni tuyo,

dispuestos á partir lo

poco

que tienen con los necesi–

tados, ocupados tanto

y

1nas ele los otros que de sÍ

mismos, delicados de conciencia, que casi no llevan

al tribünal de la penitencia sino

fa~tas

ligeras, y tan

delicados, .que un Obispo- muy amigo ele los padres

de la.

c01npañi~,

y muy bien informado por estos del

Estado de las n1isiones, llegó á calcular y escribir al

Rey-solo se comete cada año un pecado mortal.

¡Qué

país tan bueno con tan mala gente! Ya se ve, lo n1a–

lo era obra de la mala naturaleza del indio,y lo bueno

del apostólico celo de los padres

~e

la compañia.

'

No era estraño que los ·historiadores jesuitas defen–

,diesen la causa de su compañia; pero no debían ha–

cerlo tan ciegamente, que se ostentára la parcialidad;

ya E?e vé, escribían para la órden. Es curioso de ver

el empeño del P: Julio Cordara en "la parte

6~

de la

historia de la C01npañia1 de

J

esus," año 1616 . núm.

24B

y 247 pág.

81,

donde los jesuitas del Paraguay

aparecen como "varones santos, á quienes el ódio

y

persecucion

~e

los españoles les _ impedián desempe-