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propuso, equivocada aunque lealmente, pres-;ntar
á
este bajo de un aspecto que no entró en las nliras de
· J.
C. prosi9uió,
á
nue~tro
humilde juicio, en su extra–
vío,
y
lla1no
cristiana
á -la sociedad de los indios gua–
ranis, gobernada por los padres de la compañia.
Ademas, los archivos que rejistró no daban cumplida
garantía-las cartas edificantes-la historia del padre
Charlevoi~-la
historia del P. Lozano-el critianismo
·feliz p9r Muratori. "La ilusion producida por esta
larga mentira, dice M. Lanfrey, ha engañado por al–
. gun tiempo la conciencia de laJ historia,
y
dura hasta
el presente, gracias á las simpatías que han sabido es-
-plotar con habilidad-los
trabajos empiezan
y
acaban al
son de campana ......... Todo está reglado, hasta el vestido
que conviene á la modestia sin dañar á las gracias·········
Este cuadro lleva felizmente el sello de la falsedad,
y
es de un gusto falso. Esos indios no son hombres:
son corderos sin 1nancha; y los pastores santos é ino–
centes. Nada falta á la egloga, ni el sonido de las
campanas, este grande argun1ento del autor del gé–
nio del
cristianismo.~'
[147]
En contrapeso á los elogios que hacia J\1r. Chateau–
briand de los padres de la compañia, sirva el siguien–
te pasaje, que se encuentra en sus 1nemorias de Ul–
tratumba-"Apropósito de los jesuitas recibí . una
carta de Mr.
Montlosi~r,
á
la cual contesté ...... Quie-
ro tambien la religion como vos: como vos aborrezco
la congregacion
y
esas asociaciones de hipócritas, que
· convierten á mis criados en espias,
y
que en el altar
solo buscan el poder; pero juzgb que el clero, desem–
. barazado de estas plantas parásitas, puede entrar muy
bien
~n
un régimen constitucional." [148]
302. Nonos contentell,los·con lo dicho, sino que
á
viEl- .
ta de los testimonios anteriores, hagamos algunas ob–
servaciones, y formen1os juicio de las 1nisiones del
Paraguay. Si' damos principio, suponiendo pueblos
incultos
y
salvajes con todos'los apéndices de tan mi-