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Porque alguno n1anej aba
y
daba destiuo á ias r en
b.t:Y
de las
br~ciendas
y
del comer cio
y
de los colejios, aun–
que no de las casas profesas; de ellas no, eran pobres.
Quiere decir en pocas palabras, que el P. general de
]a compañia era
sen1~j a.nte
al que con muchos volsi–
llos en su vestido, hiciera voto de no guardar din ero
·en tres de doce de ellos, repletos los nueve, para ser
vaciados,
y
llenados despues incesantemente. Deja–
ll10S
á
nuestros lector es los demas p untos diferentes
de riquezas; que harto material es t ien en en ellos para
h acer preguntas. Pero volviendo nosot ros al especial
á que nos contrajín1os, ese modo de hablar de pobre..
za á vista <le caudales, ¿nó era hacer burla? Y la ha–
cian con tanta fonnalidacl los reve rendos, que
á
todos
la. pegaban sin conocer la burla. N i aun la conocian
no diga1nos los devotos de afuera en las cong regaciü-'–
nes, pero ni aun 1nuchos de los propios j esuitas, gen-
• te sencilla
y
síncera, que así estaba
a]
cabo de las in–
terioridades de la c01npañia, co1no de t ener parte en
]os en1olumentos,
y
de entrar la l11ano en la acudala-
. da caja, que los guardára.
•
En vista de lo espuesto,
y
de mucho' mas que ocur–
re al que lee
y
1nedita las cosas de
la
compañia, pue–
de sospecharse sin tmneridad, que cuando estaba á
solas
el
P. general con sus asistentes, no podría me–
nos de reírse cou ellos
y
hasta con su
monitor.
¡Pobres
gentes! dirían! hacernos de ellas lo que quer emos,
y
no
lo advierten. En verdad, esas pobres gentes merecían
lástin1a: sobre otros debía caer la indignacion.
448. Disfi·ácense norabuena los padres, ellos se dán
involuntari:;unente
á
conocer, en los 1nomentos en que
sin advertirlo tienen injenuidad. Recuerden los lec–
tores la del P . general Aquaviva, cua.ndo para hacer el
elojio de su patriarca Ignacio, no le buscó t érmino de·
comparacion en varones apostólicos, sino entre gran–
des capitanes,
y
le sobrepuso á Pompeyo y á Cesar
y
A lejand-ro. Un simple fundador de órden relijiosa no
valia mucho á los ojos de varios generales de la com–
pañia.: bueno era ese aspecto, conveniente para atraer
á
la~
turbas inocentes; pero otro
h rtbia
de ser el prin-