.Cipa.l,
á
fuorzá de industria
y
üe tiempo. JJa
casa1;
profe.sas
y
los colejio·s serian puntos de partida para
u]tenores avances, hasta los gabinetes de los pdnci–
pos, aun cuando sean infieles; los jesuitas los prepa–
rarán, sin que sirva de obstáculo hacer mezcla de ido–
latría y cristianj smo, el fin es abrirse caminos para
{1ominar el mundo, sin detenerse en escándalos
y
con–
tradicciones. No imp.m:ta que la profesion
y
el
y
es–
tuario eseluyan por oficJO ele los negocios seculares:
conservemos la esterioridad para, engaña.r, nosotros
sabremos hacerlo-asociacion política con nombre
y
apariencia de relijion.
·
449.
ij"
adie como los frances es lograron desde el prin–
ceipio conocer
á
los padres jesuitas, con la constancia
y
-empeño que no se desmintieron jamas en su generali –
dad,desdePasquier
y
Chalotais hasta Dupin.
Y
lo qne
es muy notable,
y
hubo de decirse con repeticion, los
mismos cargos se han hecho en todo tiempo á los pfL–
dres jesuitas; lo qu.e prueba que el vício estaba en
la
jn~titucion,
y
en el t,enaz ptopósito de llevarla adelan–
te: pensamiento que es preciso no olvidar,
y
habrá ne–
-ce·sidad de recordarlo algunas veces. Quien con áni–
mo imparcial
y
sincero haga estudio de la compañia
y
sus cosas, no necesitará muchos meses, para poner–
se al corriente
y
quedar convencido. Facilitado han
- ·el trabajo varones doctos, que estuvieron encargadol:!
·de dar dictámen , para ilustrar las conciencias de los
que tenian que faHar. Al principio lo hicieron á Yista
·de las bulas de institucion
y
confirmacion,
y
de algu–
no que otro documento que se presentaba., para carac–
terizar
á
los padres j esuitas. Despues se multiplicaron
los datos, crecieron las pruebas,
y
aparecieron las
cons-
,
tituciones,
y
el
exámen general
y
~as
demas piezaB que
<?.omponen en dos tomos el llamado
institnto ;
y
en pre–
sencia de todo,
y
con prolijidad fué escudriñada la
compañia de
J
esus en sus propios libros
y
ea 1os do
sus doctores,
y
en balanza fiel
y
en juicio concienzu–
do se pronunció sentencia recta, jnsta, sobre
ll1
índo–
le propia de los jesuitas
y
su genuina denorninacion .
Nos pnrece sobresaliente la flel parlumento de Pa-