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.ii

·estas esplicaciones disiparán todo los

temore~

·en

<euanto ámi, colocado al frente de Ía iqstruccion puhli–

·ca, confieso que no me ins.p1ran ninguna inquietud."

431.

Al .enc.argarse M. ·de Montolosier de este dis–

curso del Obispo ministro, haoe refl:exiones

muy

gra–

·ciosas

y

oportunas, que sometemos al ju'iccio de nues.–

tros lectores. Decia-"Así como de la parte mas

,elevada de la atmósfera caen á veces sustancias des–

/conocidas en su oTíjen

y

naturaleza, de igual mane–

ra M. de Hermópolis me parece caid-o del cielo. No

eonoce nada de las leosas de la tierra; nada sabe del

·tiempo pasado,

y

aun menos de nuestra historia;

y

:no cree el mal sino cuando está cometido. Pue'Sto de

:gran Visir en Constantinopla durante una enferme–

orlad .contaj.iosa, el har,ia con papel en

ma1~o

la enu–

:nieraeiGn

~de

.las .casas,

y

volveria con aire triunfante

..á

d~Cir

al Gran Señor-no hay sino siete casas ataca–

-das

~de

la peste. El comun de los hombres no tiene

'tanta inocencia. Si

M:

de Hermópolis quiere algun

dia hacerse presentar los rejistros de la Universidad,

sabrá que en el espacio de tres siglos, no sola1nente

la Universidad de Paris, sino todas las Universidades

de Francia, y podria decir la mayor parte de las de

Europa, han estado en contienda con estos hombres,

que él nos representa como

pacíficos,

y

que espera go-

bernar facilmente como cuerpo docente."

_

Por otra parte, si se dignase manda.r que' s·e le pre–

sentáran las memorias del clero, él sabria que desde

la introduccion de los jesuitas en Francia, fueron re–

pelidos por el Parlamento, por el Obispo de Paris,

por la Sorbona; que fueron admitidos en el coloquio

de Poissi con la condicion espresa de someterse al or-;

·dinario;

y

que

á

pesar

d~ un~

estipulacion tan positi–

va, no cesaron de tener disputas con los obispos. En

:fin, si quiere reflexionar sobre la naturaleza humana

y

con~ultar

la esperiencia de otros

á

falta de la suya,

él sabrá, que el mal no ha temerse cuando está con–

sumado,

y

entqnces se sufre únicamente, sino cuan–

do aparece, cuando se prepara, para desplegar ener-

jía1

habilidad, todas las fuerzas-ptincipiis

obsta.

Pero