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cargo y tirando la línea divisoria. Preguntados los
indios, por órden de quien venían á embarazar el pa–
so y no dar cumplimiento á )as órdenes del Rey, ·res–
pondieron, que de órden del P Superior y del P. Cu–
ra; y se firmó el acto, negándose á firmar.como testi–
go uno de los padres llevados al caso, diciendo que
no se acordaba Áe la respuesta. Tan grav9 suceso no
espantó á los ]({adres, sino que el P. provincial infor–
mó al Rey déSfigurando el hecho con mentiras mani–
fiestas, (que el escritor va manifestando prolijamen–
te.) Como el
Cu~a
á
quim~
se
réferi~n
los indios, era
el
P.
Tadeo IIen1s, de qmen para disculparle se de–
cía, que era pusilánime, inesperto en la lengua espa–
ñola., de natural encogimiento, cerró la puerta de su
cuarto y no la quiso abrir
á
los que llamaron de fue–
ra, obs
erva el escrHor, que nada tenia de pusilanimi–
dad ni
encoginüep.toel tal Padre, sino valor y osadía;
que hablaba y escribía la lengua española, como
s~
veia en las cartas que_sorprendieron, y mal poclian
tocar.á la puerta del
P.
Henis los qu·e estaban vein–
ticinco leguas distantes de ellas. Procurando los pa–
dres lavar su ropa de tan enorme mancha, la man–
chan mucho mas."
283. "Vista la posicion de los indios ·quedó declara–
da la··guerra, y en tal estado ele cosas juzgaron los pa–
dres su familiar ardid, de dividirse en opiniones, di–
ciendo unos, que la guerra .era precisa, por ser insu–
ficientes los dmnas n1edios de seducir á los indios,
y
otros que era ilícita, at-entas la$ circunstancias que el
Rey no· podia haber previsto. Con el primer dictá–
men creian cubrirse de
qu~
se les . achacase ser ellos
autores de lácausaquehacia la guerra necesaria, y con
el segundo tiraban á dilatarla ó impedirla. El
P.
pro–
vincial Barreda representó el caso diciendo, que ."de
ce
ser compelidos con arn1as los indios, apostatarían
<(
de la fé." Entraba en este plan el silencio..de unos, la
murmuracion de otros aun 1;especto de los que eran
amigos, y sobre todo ganar tiempo, cansada la Corte,
apurada de los gastos, ó desengañada de haber come–
tido un
yerro
en la cesion de los pueblos.
El
méncio: