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en dos

ó

tres dias se despacharon cinéo chasquis al P.

Comisario, avisandole qut3 si luego luego no se pro–

curaba poner en salvo en las ciudades españolas, cor–

ría su vida inevitab] e riesgo en los pueblos de misio–

nes; porque los indios irritados se habian alzado, y

con armas marchaban á Santo Tomé, con cuyos veci–

nos tenían tramado el perderle

ó

echarle de misiones.

No fué menester 1nas para hacerle resolver su fuga.

El P. Felipe Ferdes me refirió despues, que apenas

podía contener la ·risa de ver al P. Comisario tan

espantado y temeroso de unos indios, que ni por la

·imaginacion habían concebido el venir

á

molestarle."

281. "Decia el provincial Barreda, que su repre–

sentacion no fué con pretesto de que se den1orase la

entrega, sino de que en la realidad se ejecutase con

la paz y sosiego que deseaba el piadoso ánimo del

Rey. Pero habiendo dispuesto anteriormente el P.

general, que luego y prontmnente se ejecutase la

entrega sin escusas ni pretestos, las prisas de los

comisarios venían muy tarde para h1:fiuir en el al–

zamiento de los indios, si los padres de la provincia

hicieran algun caso de las de su reverendo P. gene–

ral: procediendo de buena fé, sobraban seis semanas,

como:aqui ·es notorio.. Tal es lapolítica de estos padres

(sin eso me lo ha enseñado la esperiencia) tramar pa–

ra sus asuntos un enredo que tenga pendiente varios

cabos sueltos, y de que poder asirse segun las ocasio–

nes. Procedamos, dij eron, con suma lentitud; porque

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se nos cree

ó

no. Si se nos cree, gana1nos el inten–

to, hasta que el tiempo y las dificultades desbaraten

la cosa. Si no se nos cree, con alborotar

á

las indios,

lo que n'os es muy facil, y decir que las prisas han

puesto mal el negocio, lo en1pe oramos, y queda salvo

nuestro honor, y con el derecho de clamar, que si se

no& hubiera creído, no sucediera al alza1niento de los

indios, y que en adelante deben creer en todo y

por

todo

á

nuestros Padres."

282. "Pero no solo ahuyentaron los padres al Co–

misario

de su ge

neral, sino tambien

á

los comisarios

reales de

Espa.ña

y Portugal, que iban llenando su en-

,