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suitas ¿el Papft habia canonizado
á
estos pretendidoS.
mártires? ¿,Podían los j esuitas darles culto de propia
voluntad? Dejamos
á
nuestros lectores otras re:fiexio–
nes al caso.
§.
4.o
385. "Reinaba en P ortugal José I y tuvo que dictar
varias medidas contra ]os padres de la compañia. Pa–
ra quitarles la influencia que adquirían por medio del
confesonario y ele sus r elaciones en la corte, los espul–
só de su palacio, y elijió por su confesor al provincial
de los franciscanos; los de la familia real imitaron es...
te ej emplo. Pidió al Papa Benedicto
XIV
que se nomM
brase un visitador para reformarlos, y fué nomhrado
el Cardenal Saldanha, que dictó varias providencias
contra dichos padres. Estas grandes medidas, que al–
gunos años ant es no se habrían intentado, ocupaban la
atencion general. "
"La conducta licenciosa del rey manchó el honor de
algunos señores principales, que consultaron al padre
JYlalagrida y otros dos j esuitas, sobre si seria permi–
tido matar
á
un rey que turbaba por el adulterio el
r eposo de las raas ilustres familias, que oprimía á su
pueblo y comprometía, la relijion; y los padres nutri–
dos en los principios que los casuitas de su sociedad
habían publicado en el tiempo de la liga para justifi–
car el roj icidio, y mirando ademas como reprobado
por el cielo
á
un monarca
<]UE
inquietaba
á
los jesui–
t as, animaron
á
la venganza
á
los
seño~res,
pronuncian–
do en calma que
el asesinato del rey no seria ni aun pe–
cado venial.
l~stos
h echos parecen probados su:ficien–
temen,te; pero el procedimiento violento, ilegal y bár–
haro ha puesto en duda la naturaleza y los cómplices
del atentado del 3 de Setiembre de 1758 en que el rey
fué h erido de dos golpes de puñal. Tres señores prin–
cipales fueron j uzgados y condenados: el provincial,
cuatro procuradores y otros j esuitas, entre ellos el pa–
dre Malagricla, fueron puest os en prision. Publicó el
rey una memoria intitulada
Errores impíos
de que eran
acusados los j esuitas, y que esparcían en el pueblo: