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snitas
1a
cual, como
e.:;
notorio
ú
tnd e1
1nnndo,
no
procede sino por traiciones
y
otros diab6lico · iuYcn–
tos contra los rcye3, prÍIJcipes
y
señorc ." El P . jc.:ni–
ta Francisco Coster publicó un escrito para jn tifi.car
ú
la compañia, diciendo que era nnn, C[llumnia <le los
calvinistas, que emplearon el artificio para que I anne
hiciera una fa,lsa declaracion; así como fué calumnio–
so lo relativo al R ey ele Francia y
á
la Reina de In–
glaterra.
[290]
Nunca había verdad ni justicia con–
tre los jesuitas; simnpre las tenían ellos
á.
su favor en
todos los lugares
y
en todos los tiempos.
384.
N
ada,
1nas
natnr.a] que los padres ele la com–
pañia, como otro&_ cualquiera, defendiesen
á
sus h er–
n1anos por no perder su reputacion; 1nas para que lo
hicieran con justicia manifestando su inocencia, no
seria testimonio suficiente el haber con1puesto apo–
lojías. De nuestrl:lJ pa1·te repetimos, que si no to–
dos los h echos son ciertos, todos ellos son creíbles,
á
vista y en comparacion de hechos inconcusos, y de doc–
trinas espantosas, que no pueden borrarse cl·e las
obras de t eolojía moral de los padr-es de la con1pañia.
Desde luego era preciso decir alguna cosa para justi–
ficarse,
y
dar ,alguna sa.tisfaccion
á
hombres que
s~n
tanta doctrina tendrían mejor corazon; pero en verdad
nada satisfacían. Sirvan ele muestra los pasajes si–
guientes, que traducimos del P . Felipe Alegambe en
su catálogo de los mártires de la compañia de
J
es us."
Dice así-
"Er1. el año de
1581,
Edmundo Can1pian,
de Lóndres, acusado falsamente de alta traicion, fué
condenado con injusticia, y oída ]a sentencia dió
gracias
á
Dios. Al morir hizo votos por la salud de
]a Reina, diciendo que moria no por ]os crín1ones
imputados sino por
la
fé católica,
y
con la pena reci–
bió la palma." El P . Alejandro Briant mnrió con
Compiau por la misma causa, recibiendo en el n1ismo
d1a
y
lugar la corona do la inmortalidad." En el
año do
1606,
el padre Eduardo Olclcorn, inglés,
eles-