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crímen . Tenia I9 años, y había estudiado y edu..

cádose en el colegio de los jesuitas, y creía hacer un

servicio

á

la religion católica, romana. La herida no

fué mortal por haber iuclinado casualmente el cuer–

po, y el cuchillo le dió el golpe en

la

boca, cortándole

ellábio superior. Tratando de escapar Ohatel, fué to–

mado por uno de los capitanes de la guardia, y el

Rey mandó soltarle, diciendo que lo perdonaba. Oyen–

do decir Enrique, que el asesino era un estudiante

enseñado por los jesuitas; dijo- ¿era

preciso que losje–

suitas fuesen convencidos por mi boea?

En el interroga–

torio contestó Ohatel, que había estado tres años con

los jesuitas, y últimamente con el P . Juan Gneret,

j esuita: que frecuentemente fué introducido en la

cámara de las

meditaciones,

donde los jesuitas intro–

ducian á los mas grandes pecadores, que viendo re–

tratos de demonios y :figuras espantosas, y socolor

de reducirs á mejor -vida, se trastornasen sus espíri–

tus, y fuesen impelidos

á

una empresa grande: que

les había oido decir, que era laudable matar al

Rey~

que estaba fuera de la Iglesia,

á

quien no se debía

obedecer ni tenerle por Rey, mientras no fuese apro–

pado por el Papa. El reo fné condenado, y mandó

el Parlamento que los sacerdotes y escolares de los

colegios de la compañia saliesen dentro de quince

dias de todo el reino, como corruptores de la ju–

ventud, perturbadores del reposo público, enemi–

gos del Rey

y

el

Estado, y que Jos padres de fami–

lia no enviasen sus hijos ±ttera de1 re] no para ser edu–

cados en colegios de la compañia." Durante el enjui–

ciamiento, fueron enviados sujetos al colegio de los

j esuitas en Olermont, para apoderarse de los papeles,

y se enconttaron los del P . Guignarcl, en los cnales

se leian proposie;iones subversivas, sanguinarias y es–

cancJalosas contra Enrique III, y el Rey de Navarra,

así como otras en alabanza de J acobo Clemente.

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Vituperen los que quieran la conducta del Parla–

n1ento y su severidad; pero esto no es bastante para

quitar su virtud á los testimonios que comprueban la

conducta que tuvieron padres de la compañia, y que

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