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porque mintieron al Espíritu Santo." Respecto de los

príncipes .que pecan mas gravemente que Ananias y

Sa:fira, el sucesor de San Pedro los corrije, los esco–

mulga, absuelve

á

los súbditos del juramento de fide–

lidad, y

á

ellos los priva del trono: á otros

deja la

eje–

cucion de sus mandatos, que con un puñal serán mas

~fi.cazmente

cumplidos. [262]

.

El P. Suarez enseña, que "un Rey depuesto por el

Papa puede ser espelido ó

rnuerto

por aquellos

á

quié-.

nes el Papa lo encomiende, y solo por ellos.

Y

si

á

ninguno impera la ejecucion, pertenecerá al sucesor

legítimo en el reino,

y

si no lo hubiese, al reino mis–

mo." [263]

El P.

J

acobo Keller escribió entre otras cosas así

-"¿piensas tú que los católicos reputan como un mal

matar

á

un estrangero,

á

un pagano destructor de la

~ristiandad?

Al contrario, lo miran como obra bue–

na y laudable. Guardad en vuestro gabinete esos tex–

tos de la escritura que habeis alegado contra Heisio

y

otros, porque solo descubren vuestra ignorancia."

El P. Adan

Tanner-'~no

es lícito

á

los particulares

matar al tirano que solo lo es en el modo de gober–

nar; pero si el tirano lo es en cuanto

á

la sustancia,

cualquier ciudadano puede lícitamente matarlo.'' (264)

Y si para este y los .casos y testimonios anteriores,

se dijese que el general Aquaviva proscribió semejan–

te doctrina en su religion, responcleremos con el

elocuente Charlevoix, que "al condenar que era per–

mitido

á

c,ualquiera,

á

toda persona matar al Rey,

se suponía que

á

otras les era permitido, y que para

evitar recelos, lo mas sencillo era decir, que no era

permitido

á

nadie, en ninguna circunstancia." Y ¿des–

pues de Aquaviva no se lee, no se defiende en la com–

pañia la doctrina del regicidio?

Poco antes había dicho así-"

'En

la sociedad se

sostiene una doctrina mortífera: ¿erá del cuerpo · de

la compañia? Si los jesuitas no admiten esa doctrina,

que lo digan; pueden.y deben decirlo. Pero mientras

se les vea hacer el elogio de los libros en que se en–

seña tal doctrina,

y

buscar su justi:ficacion en decla-

,,. .