Previous Page  345 / 392 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 345 / 392 Next Page
Page Background

-

335-

Pero., ¿quiénes son esos doctores tan celosos ,jel bienestar de la

familia? Son los que han proclan1ado los principios antievangeli–

cos

y

antisociales de los luteranos

y

valdenses; son los que ·defien–

den

y

aconsejan la doctrina desoladora del divorcio matrimonial;

los que á traves de

las amargas censuras

de los Padres de la Iglesia.,

proponen

á

la tierna

.fuventud~

especialmente del bello sexo, por

escuela de moralidad y educacion el teatro de nuestro siglo;

los

que condenan como perjuicio para las doncellas cristianas.la lectura

de una de las obras de San Alfonso de Liguori.,

la verdadera esposa,

de

J.

C.~

ó

la monja santa,

porque en ella se ensalza la preciosidad

de la virginidad, se dan los medios ·para conservarla,

y

se enseña

y

aconseja la práctica de la humildad, la· caridad fraterna, la obe–

diencia á los superiores, la confesion, la comunion

y

el amor á Je–

sucristo : son los que ponen en las manos de las mujeres ·catolicas

el libro.

-La educacion de las madres de familia por Aimé

Martín~

en que se trata al Apostol San Pablo de

impío, porque aconseja la

mortificacion de la carne

en sus malas inclinaciones,

y

se niegan los

dogmas del infierno

y

purgatorio

y

aun el atributo de la justicia en

Dios,

y

se enseñan otras doctrinas

desa~trosas;

son los que haciendo

la apoteosis de la mujer, le dan el dictado asombroso de

Divinidad

olvidada, cuyo poder es irresistible;

son los que ... Tales son los

doctores. que condenan la práctica de la ' confesion sacramental

como nociva á la sociedad domestica.

No lo dicen así los padres de familia verdaderamente catolicos

é

ilustrados, que traen á sus hijos

á

confesarse

y

nos dan las gracias,

porque desde que -frecuentan este santo Sacramento les profesan

mas respeto, mas amor

y

obediencia. No lo dicen así las madres

cristianas

y

honradas en número indefinido, cuyo afan es que sus

hijas no dejen la confesion, porque desde que la frecuentan, las ven

sumisas, modestas, respetuosas

y

amorosas para con ellas

y

sus

padres. No lo dicen así tantos maridos aun de la alta sociedad que

nos ruegan, nos dignemos confesar

á

sus esposas con preferencia en