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que en las
familia~
que la frecuentan., sr introduzcan los libros de
la incredulidad
y
la heregia; imposible es que la ignorancia
y
el
error hallen cabida en las inteligencias profundamente instruidas
en los
fu~damentos
y
los dogmas de la Religion catolica; imposible
es que el sofisma
y
la mentira preocupen
á
unos
entendimientos~
que con frecuencia reciben la luz de la verdad esencialmente
inmutable de los Doctores
y
Maestros del Evangelio :
á
despecho
suyo lo ha confesado la misma impotencia heretical.
Todos los seres tienen .un fin sobre la tierra.,
y
el de la familia
no es otro que
~~
del cristiano
y
el de todo hombre racionál amar
y
servir
á
Dios en esta vida para gozarle eternamente en la otra (
1.).
La voluntad de Dios es la santificacion del hon1bre
(2) : él no llena
su destino con la vida sensitiva, que le es comun con los brutos :
tiene
~necesidad
de otra vida especifica, propia ele su ser excepcio–
nal : la vida moral
y
religiosa no le es menos necesaria, que el
pan que come, segun la sublime expresion del Evangelio (3). La
vida moral
y
religiosa ele la familia pues no puede consistir en
otra cosa que en la armoniosa relacion de la vida moral
y
religiosa
entre sus míembros : en otros términos :
la santificacion de la (ami ...
Ua
es el fin supremo de la sociedad domestica.
Pues bien : como en la alta sabiduría de Dios la confesion sacra–
mental ha sido uno de los principales medios oxcogitados
é
insti–
tuidos para santiJlcar los fieles
y
para santificar la Iglesia entera,
que es la sociedad de todos ellos bajo sus Pastores
y
el Jefe sobe–
rano; asi lo es igualmente para santificar la familia, parto do es ta
gran sociedad religiosa :
la .Tg lesia catolica es la reunion de todas
las familias cristianas bajo sus particulares pastores
y
bajo el
Padre com11:n para la conservacion
y
perfeccionamiento de su vida
(i)
u
Servi facti Deo, habetis fructum vestrum in sanctificationem, finem voro
>>
vitam reternam.
u
Ad Rom. ,
c. vi,
v. 22. - (2)
ce
Hoce
est cnim voluntas Dei
>>
sancti:ficatio vestra.
»
1 ad Thess.,
c.
IV,
v.
2. ....... (3) «Non
in solo pan!}
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