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con pureza de
fe~·
costumbres se babia consagrado
á
esta tarea,
dice de sí lo siguiente :
«
Para seguir
las benéficas insjituciones clel
>>
l!tvangelio~
me babia asociado
á
una Congregacion de cler;gos')
(la de San <;ami lo), dedicados por su instituto al alivio de la
1>
humanidad doliente (con oir las confesiones
y
exhortar
á
los
>>
moribundos),
y
que lleva por insignia el sublime mote del Hom–
' bre Dios :
Ning~tno
tiene mayor amor que este? que expone su
»
vida por sus amigos
(Joan. xv,
13.)
Al primer asomo del mor–
>>
tifero morbo asiatico en Italia, rogué
y
~btuve
el poder ofrecer
» 1ni vida en alivio de mis hermanos, como me
orde~1aba
el Evan–
>>
gelio,
y
el hospital de San Bartolome en Genova el año
i83o, y
>
el hospital de San Juan Laterano en Roma el de
1837
me hos–
»
pedaron por todo el tiempo que duró en ellos la epidemia,
y
>>
aquellos 'meses,
puedo decir,
han
sido
EL
UNico
TIEMPO FELIZ
>~
de
nú vida
pasada
(1). »·Entonces se confesaba él,
y
se ocupaba
de continuo en ]a
benéfica
y
evangelica institucion
de confesar
á
Jos enfern1os
y
moribundos para su alivio
11!
Pero, unos einco
años despues se corr0111píó su corazon,
y
de consiguiente se estra-
'
vió su entendimiento;
y
entonces el ministerio de oir las confe-
siones de los fieles sanos
y
moribundos ya no era una
institucion
benéfica
y
evangelica y de sumo alivio
para
la humanidad doliente,
y
la mas sublime accion, que puede haÚ:rse por nuestros hermanos;
las ideas
y
las eostumbres se habían trastornado para él,
y
la dis–
ciplina ele la confession para el individuo era ya una degradacion
y
envilecimiento
(2).
Y¿ sabeis por qué?
«
Por que los penitentes se
»
arrodillan ante los confesores, que son otros tantos...
malvados
»
ele todo genero ... ,
que hacen del
c~nfesonar~o
catedra de co?·ntp-–
»
cion
y
prostitucion . ..
Ni
podria ser de otro modo desde que los
)) jovenes de los seminarios leen las torpezas que se hallan en los
»
libros de teologia moral ...
(3).
»
(1)
En~ayo ,
dedica toria, png. 13
y
H·. .-... (2) Cup.
l S.,
pag.
KXVI. -
(3) Cap. vlr;
pag.
60:
ti~
y
66.