CAPITULO XI
Continuaeion de la tradicion divina
y
apostolica cerca del dogma de la Confesion
sacramental, desde
el siglo
quinto hásta la celebracion del Concilio cuarto de
Letran.
Despues de la br.illante demostracion de la fe de la 'Iglesia Cato–
lica ep. el ·santo sacramento de la Penitencia, que los Padres
y
doc~
tores de los cuatro primeros siglos acaban de exhibir, unida con el
l
uso constan te que de el se hacia en el pueblo cristiano, seria
inne ~
cesario insistir en la acumulacion de nuevas pruebas, si nuestro
adversario,
trillan~o
el mismo camino tenebroso de sus maestros
protestantes,
~o
tratára de persuadir
á
sus lectores, que
«
desde el
siglo
v
no se conoció mas la confesion secreta en la iglesia oriental,
y que en la occidental fué abolida
la publico - _secreta por el astuto
Leon Papa
á
mediados del mismo s·iglo,
introduciendo otra especie
de confesion diferente de la que ordenó Inocencia 111 (1).
<<
Es
cierto, que en presencia de las chocantes anomalías en determinar
las fechas de la aparicion do la confesion, en que incurre
á
cada
paso nuestro pobre Doctor,
«
tendríamos el derecho (empleamos
>>
sus propias palabras) de recusar su testimonio, segun la regla de
>>
la ley que ordena- que no se debe admitir el testimonio que se
>
contradice
(2).
>>
Sin embargo, para completar el ·triunfo de la
verdad
y
cerrar todas las sendas al error
y
al engaño, en que la
astucia heretical procura introducir á. los.
incautos~
seguiremos
á
nuestro adversario en todos sús pasos
y
extrav·ios.
(i)
Ensayo,
c. v,
p.
5:1.. -
(2)
Pa$. 41
y
1,2,