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Ahora bien : en presencia de estos pasajes tan terminantes del
gr~nde
Doctor de la Iglesia griega, y los objetados por los señores
Daillier y De Sanctis, ¿diráse que San Crisóstomo se contradecia?
La lógica y la penetracion de un tJlento tan privilegiado, que asom–
braba
á
su siglo, lo ponen á cubierto de esta degr_adanteaberracion.
Solo la falta de investigacion de los diferentes sentidos, en que di–
rigia la palabra el eminente y santo Doctor, ha podido alucinar
á
los
t~ologos
protest'anlesa cerca de sü inteligencia. Si se hubiese fijado
en todas las circunstancias y en los ast:tntos de las homilias del insigne
Crisóstomo, hubieran notado, que al tratar de
la confesion hecha
á
Dios,
unas veces hablaba de la que hacian los
cate~umenos
antes del
bautismo, que como saben aun los niños de escuela, no era sacra–
mental: otras veces la déterminaba para los pecados veniales, hecha
en la oracion, de suyo suficiente para alcanzar perdon de ellos,
mientras la acompañase el debido arrepentimiento; otras se refería·
á
la confesion del corazon en la divina presencia para. merecer la
perfecta contrícion, sin excluir el proposito y el deber de hacerla
despues ante el Sacerdote; y por consiguiente era una confesion
preparatoria, ó el examen para la confesion sacramental : otras en
fin llamaba
á
esta misma,
confesion hecha
á
Dios,
pero en la persona
· del Sacerdote
sin otros testigos,
para distinguirla de
la confesion
pública,
directa ó indirecta, comprendida en la penitencia publica,
que como algunos quieren había sido entónces abolida por su prede–
cesor Nectario. Asi es qué decia :
Yo no te llevo ante la multitud de
tus cofrades : Yo no te obligo
á
manifestar tus pecados como en'pú–
blico teatro : Yo no te digo que los lleves en pompa
púb~ica.
En
cuyas locuciones siempre figura el
Yo,
el Sacerdote que debia oír
secretamente la confesion del pecador hecha
á
Dios.
»
:fitetur): Sum peccator, ea autem per species non cogitet ac supputet, et non
»
dicat: Hoc et illud peceatum admisi; nunquam oessabit, semper quid cm con–
>>
:fitens, curam autem nullam gerens correotionis.
»
S. Joan. Chrys.
Hom.
9 in
cap.
VI.
Ep. ad Hebreos.
Tom. XII, col.
ioO
et
i5i.
Pat·tol. g-rcec.