nas
continuad~s
la hace revivir
·ó
la ha1Ia llena de vida
y
de vigor
en los siglos v,
vi
y progresivamente hásta la época del Concilio
IAateranense
IV
en el siglo
XIII,
aunque siempre trate de quitarle la
vida á golpes de pluma sin que jamas logre ·matarht, sepultarla
y
hacerla desaparecer. Yngrata tarea la de luchar cóatra un gigante,
que cuanto mas conbatido se hace mas inmortal
y
se corona de
nuevos triumfos con las mismas armas de sus adversar.ios derro..
tados.
Con respecto
á
la otra proposicion historica -
Desde Clemente
Romano hásw Bernardo de Claraval, ningun santo Padre se ha con–
fesado, ni en el momento
d~
la muerte,
el Sr. De Sanctis ha sido
como siempre, tan infeliz como atrevido. Los maestros de la doc–
trina catolica
¿
hubíera [Jodido dejar de regular la conducta
á
sus
preceptos? Repugna al buen sentido. No : ellos empezaron
á
pre–
dicar antes con·el ejemplo, que con la palabra. San Clemente Ro–
mano íntima
á
los fieles de
Cori~to
el deber de confesarse antes de
la muerte, sin excluirse él mismo de su cumplimiento
á
fin de alla–
narles les repugnancias con su conducta :
«
Mientras vivimos,
les
))
decia.,
convirtamonos
á
Dios de lodo corazon, porque si nos sor–
>>
prende la muerte,
NI PODnEl\IOS
cor-:FESAH.Nos, ni tendremos tiempo
>>
de hacer penitencia (1).
>>
La gran mayoría de los fieles, que el
mismo Pontifice en compañía de los
A
pos toles confesaba en sus ex–
cursiones, ·eran
Santos,
con cuyo dictado los honra en su Epís–
tola (2), San Hermas atestigua, que él y muchos otros se confesa–
ron,
y
que
el ministro
y
nuncio
ele la
Penitencia los purifico, les re·
novo su espiritu,
y
los dejó consolados
y
con esperanza de salva-
.
cion
(3). San Cipriano, del cual nuestro adversario en su inefable
erudicion, nos ha dicho, que
murió en la excomunion recibida del
Papa Estevan
y
sin confesion
(!._
),
escribia igualmente :
<e
Convir...
(i)
Epist.
2
ad Cor'int.
-
(2)
Epist.
2
acl Yirg·ines.
-
(3) In
Pasto?·.,
lib. III,
sim.
i
O, cap.
VII, IX
et
XIV. -
(4)
La herejía ha levantado esa calumnia
de la ex..
Comunion
del
Papa San E:;tevan contm San Cipriano.
Muchos críticos eruditos
con