Table of Contents Table of Contents
Previous Page  238 / 308 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 238 / 308 Next Page
Page Background

[ .216

J

§.

XVII.

Lo mismo sucede con .el derecho de presidir los

concilios generales, ó de hacer en ellos propuestas

convenientes

á

las uecesidades de la iglesia. Es in–

audable que el primer lugar de los sínodos

per.tene~

ce al primer pastor,

á

la cabeza de la iglesia, al obis–

po de. la primera sede del mundo; luego en virtud

de su primado tiene derecho á presidir los concilios

ecuménicos ó por sí mismo, si concurre personal–

·mente, ó por sus legados, en cualquiera parte que el

concilio se reuna. El presidente de una sociedad ocu–

pa el primer Ju·gar cuando está reunida, por solo el

hecho de ser el primero. A la manera que segun el

órden gerárquico el obispo preside en el sínodo de

su diócesis, el metropolitano en el concilio de los

obispos de su provincia,

y

el primado ó patriarca en

el de todas las metrópolis ó provincias de su patriar–

cado; así preside el papa en los concilios de la igle–

sia universal, porque es primado de toda ella. En si–

glos posteriores intentaron los papas enviar legados

á los sínodos provinciales ó nacionales para que los

presidieran en su nombre; pero esta tentativa no

tiene ningun fundamento canónico,

y

la cualidad de

primado_no les da derecho

á

presidir las asambleas

particulares de los obispos,

á

menos que por ellas

mismas no sean invitados expresamente para el caso.

En el concilio de Africa, Faustino legado del papa,

que tenia el carácter episcopal, fué colocado en el

tercer asiento despues ·de Valentin obispo de la pri–

mera sede de Numidia;

y

.Jos otros dos legados, que

eran simples sacerdotes, se sentaron despues de to–

dos los obispos: el sínodo fué presidido por Aurelio,

obispo de Cartago

y

primado de Africa. Esta presi–

dencia; segun el órden canónicamente establecido,

no podía pertenecer al papa,

á

quien fuera de su dió–

cesis, de su metrópoli, ó de su patriarcado, solo le