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Así, pues, en la cliscusion especial de este capítulo ha habido H6 ora-·
dores inscritos: 5G han hablado, además el e los dos relatores de la dipu–
tacion
De Fide.
Si á este número se añade el de los 65 Padres que
habian hablado en la discusion gen ral, se forma un total de '121 ora–
dores. ¿Es posible que despues de tantas discusiones haya quedaLlo
algun punto oscuro y que todas las obj eciones no hayan sido oiclas? El
hecho mismo de haber renunciado la palabra
60
Padres, ¿no indica que
la cliscusion estaba completamente agotada?
Y téngase en cuenta que en la sesion
de!~
de Julio no todo quedó ter–
minado. En la congregacion del dia 11 que duró seis horas desde las
ocho ele la mañana hasta las dos de la tarde, los Padres tuvieron que
votar las enmiendas que habian sido presentadas por escrito. Todavía
no era mas que un voto preparatorio. La congregacion del
13
ele Juli o
se consagró á votar el conjunto de la Constitucion
Pastor aeternus.
Seiscientos un Padres estaban presentes; la votacion dió el resultado si–
guiente :
Placet..
Non placet..
Placet juxta moclum.
Total.
451
88
62
601
Esta votacion probaba que habia una oposicion bastante considerabl e,
y el
Moniteiir Universal,
que ya no es periódico oficial, pero que con–
tinúa teniendo pretensiones de gravedad, empezó desde el 16 ele Julio
á dar gritos ele triunfo.
En uno de los artículos que escribió sobre este asunto decia que el
buen sentido, la ciencia
y
la virtud acababan ele conseguir una gran vic–
toria, porque el dogma ele la infalibilidad había tenido cerca de 150 vo–
tos en contra; de los cuales 88 eran absolutamente negativos. En esto
resultado, el cándido, ó mejor diremos, el malicioso
1Vloniteu1·
veía la
más completa derrota de los ultramontanos, añadiendo que los nombres
de los obispos que no habían votado por la infalibilidad, eran, por lo
ilustres y por pertenecerá los países más civilizados del mundo, una es–
pecie de mayoría moral,
y
dice no poder resistir al deseo de saludar con
simpática admiracion á los obispos de la minoría que á través de una si–
tuacion horriblé , han sabido luchar hasta el fin con valor y perseveran–
cia,
y
cuenta como un n, parte el e las o-Jorias literarias intelectuales
y