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al que las denuncia, si no como
~testiguad~r
de cosas falsas, por lo menos como profeta vi–
sionario, cuyos vaticinios serán desmentidos
en el porvenir: ¡pluguiera á Dios que nos equi–
vocásemos al ver estas cosas, y que los ele–
mentos cuya existencia denunciamos no esta–
lláran un dia no muy lejano, eneendidos por ·
el rayo de la divina justicia, para castigo de los
culpables, cumpliéndose así esta amenaza del
real Profeta:
entónces les hablm·á el Señor en szt
ira,
.'lf
los oterrará con su indignacion
(
l ).
Entre tanto, ·nuestro Santísimo Padre, pri–
vado momentáneamente de su trono, puede
esperar tranquilo en las promesas de Dios. - Se
le ha arrebatado la potestad temporal; - esto
era posible y aun probable, atento el estado
de las cosas:-pero lo que no es probable, ni
posible siquiera, es la pérdida de su potestad
espiritual, divina, amplia, inmutable, que im–
pera tranquilamente sobre las conciencias. N o
es probable, ni posible el que se la arrebaten
esas llaves de oro, ·con guardas de diamante,
con empuñadura de esmeraldas
y
de zafiros;
esas llaves que el mismo Cristo dió á Pedro, y,
·en él,
~ á
todos sus succesores; esas llaves que
abren y cierran el cielo desde la tierra; esas
llaves qué
indirectamente
cerraron al gran con–
quistador del siglo el camino de la victoria.
Pio VII, Pontífice Sumo, antecesor ilustre del
ilustre Pío IX, se vió tambien invadido en sus
Estados, privado del ejercicio de la soberanía
temporal,
y
c€rc~do
en su propio palacio por .
los soldados de Napoleon
I.
El pretexto para
(1 ) _Psalmo
3l ,"V.
5.
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