- 198-
5 1. Cuctndo los Papas conjirmcm, solo dan testimouio,
y
no
ellos únicamente.
Ei méri to de las definicion es conciliares, depende del au–
xilio que Jesucristo presta á los padres para que no yen·en;
p ero esto no quita la avet:iguacion de ciertas circunstancias
por la parte que mira
á
los hombree en su modo naturál de'
proceder, y que en algunos casos se pueda y se deba hacer
es ta pregunta-¿se han reunido los O bispos en el nombre ele
Jesucristo? ó en otros términos: ¿se han verificado las con–
diciones, que hacen lejítimo y ecuménico
á
un Co ncilio? El
Papa S. Gelasio, en su epístola á-los Obispos de Dardania, .
reconocía el derecho de hacer esta pregunta, cuando repu–
taba por ilejítimo el Concilio, en que se hubiera procedido
"contra la Sagrada E scritu•·a, contra la doctrina de los pa–
clres, y contra las reglas eclesiásticas; así como tenia por
b ueno y lejítimo, aque l en que se hubiesen observado estas
· reglas ó condicion es." S upongamos ahora, que el :t;>apa no
hubiese concu rrido personalmente sino por medio ele sus
L ega dos á un Concilio; pero que estuvie•·a a l cabo de su
historia,y no viese procedimiento vituperable, sino confor–
me en
tal~
o á las reg las, y aprobára y
conji·rmá1·a
lo hecho,
su procedimiento no importaria mas que el ele un
testimonio;
como podrían hace rlo otros obispos, que no hubiesen con–
currido personalmente sino po•· procuradores. Hé aquí uda
mejor explicacion de la bula en que Pío IV confirmó el Con–
cilio Tridentino. En la Diser tacion q ue sigue proseguiré–
ma s este pensa,miento.
52.
Aplícase la obse1·va.cion anterior á alg unos casos.
Como la Curia
ha~e
exajeradameute un g ran mérito de
la conducta de algunos Papas, que desecharon ciertos Con–
cilios, prese ntando la resistencia pontificia como
la salva –
cían de la Iglesia, es necesario referir sucintamente lo acae–
cid o. N o fu é solo el Papa Dámaso quien reprobó la fórmu–
la del Concilio de Rimini; noventa -o bispos de Italia, y de la
Gália, pensaron como é l, y con él firmaron la epístola á los
obispos de la Iliria. S. Basilio y demas obispos católicos del
Oriente pensaron tambien como S. Dámaso. Liberio, prede·