Table of Contents Table of Contents
Previous Page  18 / 438 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 18 / 438 Next Page
Page Background

-10-

10.

Muestms · de la primacía de S. Ped•·o, sin ser

mona~

ca;

Mientras tanto, detengámonos un poco en hablar de l>i

singularidad ó primacía, que se encontraba en Pedro. En

prueba de que manifest.aba en sí la unidad de la Iglesia

cristiana, son aquellas muestras de prefere(lcia que se notan

frecuentemente en el evangelio. C uando Jesus escoje pocos

de sus discípulos, para que fuesen con¡pañeros .suyos en

algunos sucesos notables de su vida, Pedro se halla siem–

pre entre ellos y

á

su fren te, como en la trasfiguracion, en

la resurreccion ele la hija del j efe de la sinagoga,

y

en la

vigilia del huerto. La primacía ele Pedro no era un secreto

desconocido de las turbas, ni de los oficiales públicos;

y

cuando los recaudadores del tributo vinieron á cobrado

á

Jesucristo, no se dirijieron á ninguno de los otros apósto–

les, sino á Pedro para preguntarle, si lo pagaría su maestro;

y Jesucristo lo pagó por sí y por Pedro. Todos los evan–

gelistas le nombran en primer lugar:

~s

el primero que toma

la

palabra para que se llene la vacante del apostolado: el

primero que habla en el Concilio donde se trata de la ob–

servancia de los lega les; el que despues de la venida del·

Espíritu Santo p'redicó el primer sermon ,

é

hizo el

prime~

milagro en el nombre de Jesus;

y

el que levantó la voz con–

tra Ananías

y

Safha. Cuando Herodes mandó ponerle en

prision, la Iglesia miró este accidente como una g ran ca–

lamidad,

y

dirijió

á

Dios sus oraciones sin intermision por

Pedro.

Si alg uno dij era, que los citados pasajes no demostraban

en rigor el primado de Pedro, le responderíamos que lo su–

ponían;

y

que las circunstancias que acompañaban los suce–

sos, publicaban su oríjen, ó señalaban la autoridad que lo

estableciera. Porque, si todo se hacia. en presencia de Je–

suCJ·isto: si los apótoles lo eran, porque Jesucristo los hizo

tales con su llamamiento;

y

si de Jesucristo recibieron su

.mision y p oder; cuando ellos reconocían en Pedro una sin–

gularidad ó primacía, no era, ni podia ser, sino por la vo–

luntad

y

disposicion de Jesucristo. Así pues, aun cuando

permitieramos, que dich a primacía no estaba probada por

l~s

hbros del nuevo testamento, lo estaría por otro testimo–

mo, tan auténtico para los católi cos,

y

de tanto valor como

la E scritura.