'Local.
Montalbo.
!J!teda sentado al
n.
384.
é
inquietud que movi6, si
el
Sacerdote no se hubiese retirado.
precipitadamente y con precaucion á la Iglesia.
848
Acerca de este caso no hay mas prueba q1.1e pueda adap–
társele, que lo que arroja un testimonio remitido por el R. Obis–
po; de que resulta, que en la Sede vacante última de aquella Di6-
cesi se di6 comision por el Vicario-General á un Recetor lego pa–
ra pasar á la Villa de la Osa de la Vega, á practicar unas diligen–
cias respectivas
á
cierta causa matrimonial.
8 4
9
El Recetor quiso hacer un requerimiento al Alcalde
D. Estéban del Coso, sin exhibir
el
despacho, y por ello le man–
dó prender, aunque no rubo efecto por haberse retirado
á
la
Iglesia.
8
5o
De aquf diman6 requerir
el
Recetor á el Presbítero
D.
~ulian
de Alcarria ; y ésre de hecho execur6 la tropelía de pren–
der
á
el
Alcalde con auxílio militar , y ponerle recluso en la Sa..
crisda de la
Igle~ia.
8 5
1
A
el
dempo que
se
conducié\ á el Alcalde preso , con
escándalo precisamente del
vecindario~
grit6 pidiendo
ja"rlor al
<%J;
pero
ni
hubo quien se lo diese, ni
él
dex6 de ser encerrado
por
el
tal Juez intruso de comision.
8 5
z.
El mismo Vicario-General de la Sede vacante desapro–
b6 este atentado ; y esta es toda la historia de la prision del Sa–
cerdote. Clama tamo este hecho por
Í
solo en defensa de la Real
J
urisdicion , y por el remedio de tan increíbles atropellamientos,
que no requiere que el Fiscal se detenga
á
ponderarlo.
8 53
Dice todavía el R. Obispo, que las Justicias sin temor
á
el
desprecio de la Iglesia y de las censuras violan la inmunidad lo·
cal ,
se entran de mano armada en los Templos,
y
con irreveren–
cia y estrtpito sacan de ellos á los refugiados, sin jusrificacion ni
aun indicio de que los delitos sean exceptuados , ponie:ndolos en
la cárcel con
el
mayor rigor; no obedecen las censuras para res–
tituirlos, y preparan recursos de fuerza , que no se pueden deter–
minar sin muchas dilaciones.
854-
En quanro
á
estos puntos hay dos casos:
el
uno ocur–
rido en la Vilb. de Iviontalbo por
el
año de
1
7
6
2. ,
en que zelan–
do
el
Alcalde, que miémras se execluaba una pública y devota
proccsion , no esrubiesen las gentes en la taberna , encontr6 resis..
tencia en un hombre, que descarg6 un palo en la cabeza
á
el
Al–
calde , de que rcsult6 herido.
8 55
Refugióse
el
reo á la Iglesia
~
y
la sinceridad del Alcal–
de
se
dirigi6
á
el
Cura,
qu~
presidia la procesion , preguntándo–
le