Montañas. Yo
st
por las noticias plíblicas , que los Obispos qe
estos , y otros Obispados hán expuesto , que en varias Iglesias
matrices se disminuiría mucho
el
culto por la administracion del
Escusado ; porque consistiendo su dotacion en las mas en parte
de diezmos ,
Ó
en las annatas de las vacantes de Beneficios , les
faltaría tina gran porc;ion de su renta : yo sé que hán diCho, que
en otras Iglesias de inferior órden no habria para la luminaria del
Santísimo, y que la cera para los Altares tendrian que llebarla
los que habían de celebrar: ellos en fin hán representado
el
mi–
serabie esrado, en que quedaron las cóngruas
Parroquiales,~
yo hé tenido que socorrer á algunos Curas para su manutencion,
que haita ahora no hán recibido otro alivio: Todo esto lo ex–
puso
lá.
Congregacion del Clero mucho ánres , y en
el
año de:
1
57
2. ,
en que se concedió la gracia del Escusado por S. Pio
~imo,
afirmó , que si se ponía en administracion , sería for–
.zoso cerrar en
el
Reyno de Galicia sobre dos mil Iglesias; en
Burgos y Montañas sobre mil ; en Oviedo quatrocientas ;
y
en
Leon otras ramas; y aunque hasta ahora no se haya experimen–
tado roda esta decadencia , sirvase V. M. saber
el
estado de las
Iglesias, de sus alhajas, y de sus ministros, -y se certificad. m
u~
bien de
lo
que padece
el
culto, y de la miseria que sufren.
.
2..0
Por otra .parte temo que no há tenido rodo el efecto,
'que V. M. deseaba el Real Decreto sobre cóngruas , porque me
persuado son pocas las que se hán dado; y siéndolo en la tasa Sy–
nodal , se hace un grande perjuicio á los Párrocos , por mas C]Ue
parezca subsanado con el Real Orden ;'pues la cóngrua Synodal
es cuota, para ascender al Presbyterado , y no para fixar por–
don á los Curas, que ·se deben medir por otra regla para su de–
cencia, y manutencion : ellos lleban un peso formidable , tie–
nen una sujecion, y residencia muy estrecha, y deben socorrer
á
sus feligreses : un simple Sacerdote no debe mendigar, pero
tm Párroco debe cuidar no solo del bieh espiritual de sus ,parro–
quianos , sinó darlos limosna , como se lo encarga el santo Con–
cilio de Tremo, ayudarlos pata que se libren de opresiones,
y
socorrerlos pecuniariamente, para que salgan
~e
algunos vicios,
impedimentos, y otras cosas, que no pueden evitarse sin gastos,
y estos secretos , sin que los Curas puedan implorar la pie–
dad agena sin riesgo de publicar los fines ; y sin .duda que por
todo esto S. Pio Quinto mandó , que á los Vicarios perperuos
de Iglesias, unidas á otras Iglesias, M<:masrerios, ó lugares píos,
se les asignase cinquenta escudos Romanos, 6 mas hasta ciento;
y