.m tiempo de su santo Rey Josias. Era este Príncipe tan amado éTe .
Dios,que dice su
M
a
gestad no hubo semejante en sus antecesores,
ni lo habría en los futuros; pero fue tan desgraciado en sus em–
presas , que murió herido en la batalla , con que intentó conte–
ner ál enemigo , que invadía su Rcyno. Esta al parecer desgra–
cia fue felicidad para este santo Rey , á quien
el
Señor tenia pro..
metido sacar en paz de este mundo , ánres de castigar á su R ey–
no por los pecados de que abundaba; porque ellos son los que
hacen miserables á los pueblos y desgraciados á sus Príncipes:
todo
el
mundo sabe la rectitud y clemencia , que reyna en
el
co–
razon de V.
M. ;
pero las inumerables culpas, que inundan
á
España , frustran los fervorosos deseos de V.
M. ,
y los Prelados
que tocamos de mas cerca este lastimoso estado , lo vémos y llo..
ramos sin poderlo remediar , porque las armas , que la Iglesia .
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para coro anr as, estan como 1re espues ; y as1 cor-
~en
impunes los vicios, yacen sepultadas las virtudes,
el
enemigo
jnfernal domína y triunfa , y Dios lo vé y sufre; porque le que..
da una eternidad , para glorificar su justicia , detenida ahora por
su
misericordia; pero le son ra:n ofensivos los pecados , que se
cometen contra la Iglesia y
el
Sacerdocio , que en esta vida los
castiga : de que son testigos todos los siglos y Reynos , como
lo
enseña
el
Venerable bon Juan de Palafox en el
Apendice
de su
quarta Carta Pastoral á los Fieles de la Puebla y de Osma , de
que fue Obispo , y en su celebre Memorial , que presentó al Se–
ñor Phelipe IV. sobre la inmunidad eclesiástica.
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3
Supongo á V.
M. ,
que la obligacion, que como
Obis~
po tengo
y
contraje en mi consagracion , para celar, y conser–
var los derechos de la Iglesia , evitando al mismo tiempo quan–
to puede ser de ofensa
á
Dios , y el amor
y
fidelidad de leal va–
sallo , ademas
del
cargo que tengo , para clamar sin cesar al
Pueblo , aunque sea en presencia de los Príncipes , me han hecho
.solicitar muchas veces, que lleguen á noticia de V.
M.
los exce–
sos del Reyno , y lo que
se
executa con el Estado Eclesiástico;
y
para esto intenté en
el
año próximo, que se diese
á
V. M. una
compendiosa representacion , en que e:(Cponia
el
estado del Rey–
no, como podrá mandar vér V.
M.
por la copia , que acompa–
ño; pero habiéndola consultado con personas pe toda confian–
za .,
y
de igual inclinacion al Real servicio, les pareció , que por
entónces se suspendiese la entrega, esperando, que la Divina mi–
sericordia se apiadaría de tantos males; y no obstante, que cedf
á
su dictámen,
hé
procurado, que por otros medios llegase
á
noti-
.
cia