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condncta suficientemente explícita y completa, ha puesLo
al Gobierno en el necesario
y
único camino que conduce
al sostenimiento,y defensa de los derechos nacionales, de
hechos, que no pertenecen
á
los r¡ue hoy forman el Gobier–
no, sino
á
la sociedad peruana, cuya mayoría, al verlos
sacrificados, los habría comprendido mejor, que viéndo–
los conservados.
El desconocimiento de hecho, del Patronato nacional,
la negacion de la autoridad del Gobierno para cumplir
las formas legales, estaban en contradiccion con las tem·
poralidades, sin que una consecuencia necesaria é inevi–
table pueda llamarse una dewesion premeditada. Las
leyes positivas, respecto de la · ejecucion de Letras apos–
tólicas sin el
pase,
no podían ser jamas dispensadas, por
el que las ha declarado vijentespara todos.
S. E. y ·su Ministro no aceptan que US.
l.
califique
las medidas tomadas en menos precio de la libertad y
de la independencia de la Iglesia católica, al mismo tiem–
po que US.
I.
dice, que se resiste
á
suponer que S. E.
tenga un ánimo bóstil contra ella. Menos acepta y me
encarga decirlo á US.
I.
la estudiada distincion qne ha–
ce entre S.
E.
y
su Consejo ó su Ministro, mirándola co.
· mo muy ofensiva á la comunidad de sentimientos y de
convicciones, en las medidas tomadas.. Las leyes del pa·
tronato nacional que US. I. se gloria de acatar y de ha–
ber siempre acatado en su larga y honrosa vida Episco–
pn:l, son las que se han sostenido y sostendrán porto–
do el que, en los altos puestos del
Gobi~rno,
no obser–
ve una conducta infidente á su patria, 6 posponga el sos–
tenimiento de esas leyes á consideraciones persónales.
Si en el Perú sus hombres públicos, han conservado y
sostenido siempre las regalías y patronato nacional, sin
que sus medidas se hayan calificado de menoscabo de la
libertad é independencia de la Izlesia Católica,
~o
com-