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con la el(lvaoa
é
in1parcial posicion de sus prelaclo ')
se abstenga
do
toda pública tnanifestacion que en–
trañe un carát;ter y una significacion política.,
Esto no
qui~re
decir que,
indep~ndier:temente
del clero, tampoco deba permitirse
á
los ciudadanos
católicos
la formacion de partidos con bandera
propia
de~tinados
á
luchar en el terreno de ]a po–
lítica"~
para concurrir
á
la
formacion
de
los poderes
del Estado eon elementos salidos de su seno. Has–
ta allí no puede ni debe alcanzar el podee de las
leyes de patronato, pues de otro modo se establecería
una distincion odiosa
y
arbitraria entre simples ciu–
dadanos,
recono~icnclo
á
unos mayor suma de dere–
chos que
á
otros.
Para hacer efectiva la no intervencion del clero
en los asuntos políticos debe fijarse en
la
ley la
manera de reprimir Jos abusos cometidos en la cáte–
dra sagrada, en cartas pastorales y en otras formas
aná
1
ogas.
Y
á
fin de que la accion directa del poder
civil sobre los diferentes grados de la jerarquia ecle–
siástica argentina solo se deje Ren tir en casos de
extrema necesidad, conviene procurar que las faltas
ile los inferiores sean corrEgidas y enmendadas por
Jos
superiores~
y solo cuando estos se nieguen
á
dese
m
pefiar tal mision reparadora con la prontitncl
y
oportunidad debidas, conviene dar al gobierno ci–
villa intervencion
c~Jrrespondiente
35 5.-
Ade1nas de
esta
1na~eria
cuya importancia