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Sostuvo, apoyándose en diferentes documentos
pontificios emanados de Pio VIII, Pio IX y otros
papas, loi siguientes principios:
1
°
Que la iglesia católica es libre por derecho
divino.
2
°
Que el poder civil no tiene derecho de ün–
poner restricciones al ejercicio de la autoridad ecle–
siástica ni llevar
á
las personas que la ejercen ante
los jueces lajcos.
3
°
Que el patronato régio fué una concesion
graciosa de los soberanos pontífices, que no ha po–
dido heredar la Jieptí.blica.
4
°
Que el patronato declarado por la Oonstit.n–
cion nacional no puede ser ejercido legítimamente,
mientras no se obtenga el consentimiento del Papa.
Estas conclusiones
las fundó, como
tenemos
dicho, en decretos de la n1isn1a Iglesia y de los sobe–
ranos pontífices, como sí ellos por sí svlos tuviesen
la fuerza decisiva necesaria, para resolver las enes
tiones qne, si bien están ligadas con intereses del
órden religioso, afectan intilnan1ente intereses muy
e~enciales
del órden político.
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Los documentos anteriormente citados, pro–
ceo entes de las autoridades eclesiásticas de Córdoba,
fueron nuevas teas lanzadas en un terreno predis–
puesto para el incendio. Despertaron las pasi..ones
religiosas con 1nayor vivacidad, creando una atm6s-