DB ·U. ORACIOl'f
MRNTA.L.
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¿Quieres verlo claro? Considera un .solo paso de la Pasion,
y
saca–
rás afectos de reverencia , porque estás hablando con el Rey_de l::i
gloria; de adoracion , hincadas las rodillas ante tu Dios; de gozo
espiritual, por verte en la presencia del que es el sumo bien de las
almas; de _amor, pues fiOr ama1'te tanto , se ent1·eg6 Dios á la
muerte por ti; de compasion , viendo que Jesuc_risto padece por
tí;
de
~dio
y aborrecimiento contra el pecado , cuya llaga es tal , que
hubo menester tan
cos~osa
medicina ;
el~
hqmildad, viendo
á
Dios
tan humillado; de dolor, sentimiento, lágrimas
y
confusit•n, de
que por tus pecados tanto padezca ; de agradecimiento, pues salió
por tu fiador,
y
pagó tus
de.ud.ascon su Sangre
y
vida; de admira–
cion, asombrándote de que muera el Rey por su esclavo,
y
por los
mismos que le dan la muerte; de esperanza en Dios , que pues dió
por tí la vida, no te negará su gloria; de conformidad y resigna–
cion, en la divina voluntad, para todo trabajo,
y
adversidad, que
de su mano te viniere , deseando tu padecer por culpas propias ya
pasadas, alguna pa1'te de lo que él padeció poi· las agenas ;
y
final–
mente de imitacion de Jesucristo nuestro Señor, que es como cifra
de todos los demas,
y
el fin de tu oracion. De estos afectos
na.cela
devocion verdadera,
y
la oracion provechosa ,
y
aun la mas alta
contemplacion, que es (como dice santo Tomás) una vista. sencilla,
suave ,
y
quieta de la verdad eterna, sin val'iedad de discursos, sino
mirada simplemente con grande admiracion, amor, gozo,
y
otros
arectos s.emejantes, en quien estl'iha la oracion, mas que en agu–
das consideraciones; porque no gusta Dios tanto de los discmsos
del entendimiento, como de los afectos de la voluntad. Como
t.leuna pequeña centella se enciende un gl'ande fuego, así de
cualqui~-
1·a de estos afectos levanta el soplo de la Divina inspiracion grande
llama de vil'tnd
y
de devociou. 1Vl'ns'i10 has de pal'ar ahí, ui con–
tentarte con alguna lagl'imilla , con alguna ternura de corazon, con
algun gustillo, ni con afoctos infructíferos, que esos son como las
flo1·es, que quitadas del tallo, presto ·se marchitan, sino que
á
su
• • tiempo se muestran por la obra;
y
que el considera!' las verdades
sea para reformar las costumbres,
y
la aficion de la voluntad cause
s:mtidatl en la vida, que
á
eso se endereza la oracion, sin la cual