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LA. SUISF.A.CCION
TOLUNTA.RU.
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9!l
si
.Ja
diéramos buena, daremos gracias
á
Dios;
y
si mala, nos aver–
gonzaremos
y
nos predicaremos ·ó nosotros mismos, con mucho ma–
yor cuida1lo, que
á
otra persona alguna; tomaremos de nuevo á
proponer la enmienda, suplicando
á
nuestro Seüor ayude
y
esfuerce
nuestra flaqueza : esto le bastaba
á
Séneca
('1)
(segun él dice) para
ser varon perfecto, ó el mejor de los que no lo eran , examinarse
cada dia, enmendar alguna falta , y reprenderse de las <lemas:
y
Plutarco (siendo gentil) dice de sí, qne movido con el ejemplo de
Empedocles, dió en adquirir virtudes, y en desterrar vicios de su
alma ,
á
este modo: para ser casto propouia firmísi111arne11te cada dia,
de uo couseutir eu cosa deshoues ta; y para eso no lrnbia vi uo, co-1
mía muy poco y guardáhase
1fo
las ocasiones, ti•uiemlo en todo muy
grande templaza.
¡
Oh si hiciéramos los cristinnos por amor de Dios,
y
por salvar nuestra alma,
y
dar buen ejemplo, lo
<jlJe
este filósofo
hacia, por solo el amor que
á
la virtud natural tenia,
y
por a1lqui–
rir la paz, de que goza una alma
lih~e
de vicios, y dada
á
las virt11-·
des! A la noche cuando hacemos exámen general, le haremos tam–
bien del vicio particulnr, que queremos enmendar,
y
no lo
d ~jaremos
de la mano hasta vencerlo,
y
vencido aquel, daremos tras de otro,
poniendo mayor cuidado
y
remedio , donde sintiéremos mas y ma–
yores faltas; que cierto es grande compasiou
y
l:istima, que el de–
monio nos tenga atados co11
1111
vicio,
y
cuando queremos alzar el
vuelo para irnos
á
Dios, tire de nosotros,
y
nos arrastre
y
lleve tras
de sí. Vió san Anselmo un día estando con sus capellanes
y
fami–
lia,
á
un niño, que se entre tenia con un pajarillo, que tenia ata1lo
con un largo hilo de un pie; y que d:índole larga varias veces vola–
ba lo que el hilo dejaba,
y
luego tiraba de él; y lo volvia
á
la mano,
resistiendo el pajarillo con su poca fuerza,
y
recibiendo
el
uiiio
11111-
cho gusto de traerle arrastrando
IÍ
sí: deseaba san Anselmo que se
quebrase el hilo
y
se librase el pajarillo, y así fue, qne el hilo se
quebró, el p:.íjaro se fue, el nit'io lloró,
y
el santo se al egr6:
y
vol–
viéndose á sus criados les dijo: ¿habeis reparado en el en treteui–
miento de aquel niño? y respondiéndole que sí, prosiguió diciendo:
(t) · Uh. 3. de
vit;i l>eat.
c. t7.