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LA SATlSF
H~ CION
VOLUNTA.l\11.
J
!17
na presente con la pasada, para ver si va adelante,
ó
vuelve atl'ás en
el c_amino comenzado <;le la vil'tud; si tiet11? vivas todavia sus pasio–
nes,
ó
las mortifica; si se deja llevar de sus ·malas inclinaciones,
ó
las vence; si busca el deleite, . regalo .y contento>
ó
le da de
mano; si quie1:e hacer s11 voluntad ó la de Dios; si reforma sus
costumbres; doma sus pasiones; si refrena Rus
sen~idos;
si huye del
vicio, si sigue la virtnd ó no,- etc. Luego se condenará
<í
hace1· al-
"guna penitencia , haciendo siempre las pal'tes de la justicia Divina,
tomando alguna disciplina
ó
poniéndose en cruz, mieútras rei.a . un
Padre Nuestro
ó
un Ave-María, ó·acostándosc vestido, ó en 1.tna"tahla
(que puc,}a poner entre las sáballas ), ó proponiendo de
ayu~iar
otro
dia, ó de trael' cilicio, ó de huir las ocasiones
y
evitar faltas, ó
<fo
hacer algnn particnla1· servicio
á
Dios, en satisfaccioll de Rus culpas,
que de esta manera siemlo él juez de sí mismo, toinándose cuenta,
y repren1fü\11dosC' y castigándose, Dios no le castigal'á
¡
Oh cu:ín
bien entendía la aritmética divina de esta cuenta ,
y
examen el glo·
rioso Filipo IU , rey
ele
las Espafias ! . pues cada noche, sin falta1·
ninguua, hacia rigmoso exámeu de su conciencia,
y
lloraba las fal–
tas ligerns, como si fueran graves; y muchas veces tornaba en pe–
nitencia de ellas una muy récia discipliua, hasta derramar sangre,
y
cuando no, hacia otra Je las penitencias referidas; con '}He la
l\fa–
jesta<l humana se sujetó
á
la divina, observó sus Mandamientos,
temió el pecado, guartló
justicia~
estimó la virtud, amú la rcligion,
reverem:ió el culto <le Dios
y
eusalzó su santa fe. Y los mismos gen–
tiles enst•üahan este cxámen; porque Séneca dice
(1),
<fllC
ninguno
debe irse
á
acostar, sin primero ver y examinar todo lo que ha hecho
aquel dia : lo mismo enseüaxon Plutarco , Hpitccto,
Phocilid~s
y
Empe<locles;
y
sau Gcróuimo
y
santo Tomás alaban
:í
Pith:ígoras,
porque imponia sus discípulos , que cada· dia se exáminascn dos ve–
ces, tomáudose cuenta tic tres cosas: ¿qué hice? ¿como lo
hict~?
¿qué dejé
e.lehace1· de lo
qm~
dcbia? ¡Oh cuünto uos ,}chcn ohligar
estos ejemplos! ¡Oh qué admirable ejercicio es este, para
:10
morii·
de repente, para ponerse en gracia de Dios, para enmendar la vida,
para descontar penas, para adquirir virtmlcs y merecer mucha gloria.
(1) Liu. 3. th•
Ira. c.
36.