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corruptible, y tenestre, la agrava y oprime, para que no vaya á lo
alto; mas uo poi· eso le has de agravar, y oprimir
á
él con peniten-
l
cías indiscretas , sino mortificarlo si está rebelde,
y
sobrnllevar–
lo cuan<lo está rendido :
y
sabe, que los ayunos, vigilias, cili–
cios, <lisciplinas, asperezas <le vesti<los, cama, y comi<la, muchas
veces son necesarias, y obligatorias,
y
siempre muy útiles, hechas
con tliscrecion , porque satisfacen por los pecados : sujetan la car–
ne, rinden sus brios, escusan ,,culpas, causan <lolor, lágrimas,
y
sentimiento <le los dolores de Cristo nuestro Señor ·, y penas del in–
fierno:
y
son instrumentos <le
la pureza, y santida1l,
y
unos
pinceles,
ó
cinceles, con que se pintan,
ó
esculpen las virtudes
en las
tablas de nuestros corazones , y se alcanzan
los do–
nes espiritnales mas levantados. De estas , las que son pnr preéepto
de la iglesia,
ó
impuestas por
el
confesor en peniteucia de pecados,
h:m de preceder
á
las voluntarias; las que
no
son, han <le ser go–
bernadas, y regidas por la razon, segun la reglá,
y
me1lida <le la
discrecion,
y
<lel padre espiritual,
y
que mas han de ayudar para
alcanzar la virtud, y perfoccion:
y
esta es la mejo1· regla geueral •
para acertar en las penitencias,
y
mortificaciones sin errar.
CAPITULO
VI.
DEL SANTO EJERClCIO DE LA IUORTlFICAClON EN COSAS LÍCITAS.
· Otra manern hay de penitencias, con que satisfacemos á Dios,
que es mortificar nuestros sentidos, potencias, gustos y propia vo–
lunta1l
(1 ).
])rimero en lo que es ilícito, porque todos los peca
ti
os
que se haceil son,
ó
pot· no padecer algun trabajo,
ó
por
110
alislc–
nernos <le algun gusto y <leleite, que por eso <lccia Epilccto, ülósn–
fo,
qúe la virtud consistía en sufrir el trabajo,
y
en ahslencrse del
deleite y t·egalo. J,o seg1111<lo nos hemos <le mortificar, q11ita11tlo 1M
suéfío., de la comida, del regalo, de la cornotlidatl,
y
cntrct1~11i
mientos, algo por amo1· de Dios, <liciéudole interiormente: Scilor,
(1)
!u~.
scrm. 20.
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Sanctis.