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cion que les dispensaban los emperadores,
y
rodeado de envidiosos
y
enemigos que trataban
de desprestigiar su merito, abandon ó el patriar–
cado
y
se volvió
á
su querida soledad en donde
escribió obriis que son un tesoro para la Iglesia.
San
Ainbrosio-Este Santo Padre, Arzo–
bispo de Milan, se distingui ó por su celo para
combatir
á
los herejes, principalmente
á
los ar–
rianos
y
se hizo muy célebre por la energía que
desplegó con el emperador Teodosio el Grande.
Habiendo estallado un motín en la ciudad de Te–
salónica, en el que fné muerto el gobernador,
Teodosio irritado ordenó que los habitantes
fueran pasados
á
cuchillo,
y
siete mil hombres
fueron as es inados. El Santo Arzobispo de Mílan
escribió al emperador, h!l.ciéndole ver la enor–
midad de esta falta;
y
habiéndose presentado
Teodosi o
á
la puerta de la Iglesiu , San Ambrosio
le negó la entrada diciendole: «Deteneos, prín–
cipe. ¿Cómo os atreveis
á
penetrar en el Santua–
rio del Dios terrible? Vuestras manos están
manchadas de sangre inocente ; retiraos
y
no
añadais el sacrilegio á tantos asesinatos,» Teodo–
sio se retiró,
y
despues de haber hecho peniten–
cia, fué recibido en la Iglesia por San Ambrosio,
dando una prueba de su magnanimidad como el
Santo Arzobispo la babia dado de su rectitud
y
energía.
San Juan Crisostolllo
-Este santo doc–
tor se distinguió por su celo, sabiduría
y
sobre
todo p9r su elocuencia que le ha merecido el ti–
tulo de
P ·ico de .oro.
Elevado
á
la silla patriarcal
de Constantinopla, se ocupó de la instruccion de