-
1~0
-
tónces Fócio atacó abiertamente al Papa
y
á
la Iglesia Romana: negó la supremacia de ho–
nor
y
jurisdiccion del Obispo de Roma, vitu–
peró la disciplina de Jos occidentales, acusán–
dolos del uso del pan ázimo
y
de haber intro–
ducido en el simbolo la palabra
filioque,
llevó
la temeridad hasta excomulgar al mismo Pontí–
fice
y
declarándose independiente de Roma,
principió este funesto cisma que hasta hoy se–
para hambas Jglesias. Para poner término á este
escándalo, el emperador Ba silio el Macedonio,
sucesor de Miguel IlI, de acuerdo con el Papa,
convocó el octavo
concil~o
general, cuarto que
se celebró en Constantinopla (869). Esta asam–
blea condenó
á
Fócio, repuso
á
S. Ignacio en
el patriarcado
y
reconoció la supremacía de la
Santa Sede. A la muerte de
S:
Ignacio, Fócio
que se babia atraído el favor del emperador,
fué
reconocido como su sucesor, ofreciendo re–
conocer la supremacía romana ; pero habiendo
promovido nuevos disturbios,
el emperador
Leon el Filósofo le hizo encerrar en un monas–
terio donde murió. Las dos iglesias continuaron
unidas hasta el siglo XI
(1043)
en .que fué ele–
vado al patriarcado Miguel Cerulario. Cono–
ciendo este la disposicion que dominaba
á
Jos
griegos contra los latinos, reprodujo contra la
Iglesia romana todos los ataques de Fócio
y,
negó la obediencia al Papa Leon JX, quedando
desde entónces consumado el
cisma
(10é5).
Todos los esfuerzos que posteriormente se han
hecho para unir las dos Iglesias han sido infruc–
tuosos.