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siendo aun diácono; y se distinguió tanto por su
celo para combatir á los arrianos, que mere–
ció ser elegido obispo de su ciudad natal, en
cuya dignidad fué uno de los mas firmes defen–
sores de la Iglesia. Perseguido por los arrianos
que veían en él su mas terrible adversario, San
Atanasio fué vicl.ima de las mas atroces calum–
nias, que con su inocencia logró desvanecer: se
vió por cinco veces desterrado de su obispado y
tuvo que huir
á
Roma en donde fué protegido
por el papa San Julio que lo restableció ensu
silla. San Atanasio continuó sosteniendo la ver–
dad contra los artificios y ataques de los arria–
nos,
y
despues de ·una vida consagrada toda al
servicio de Dios, murió llorado por sus fieles y
sientlo considérado por toda la Iglesia como uno
de sus mas eminentes defenso·res (375).
San H:Hai:·io de Poitiers -
Emulo de
San Atann sio, combatió en Occidente la herejía
arriana. Elegido obispo de la ciudad de Poitiers
p:.isó su vida entregado á la oracion, á la prcdi–
cacion y al estudio; presentó al emperador Cons–
tancio, protector de los arrianos, una apología
en que le pedia hiciese cesar la persecucion con–
trn los cátolicos, por lo que fué desterrado;
y
escribió contra los arrianos un libro sobre Ja
Trinidad en que prueba la
consustancialidad
del Padr.e, del Hijo
y
del Espíritu Santo
y
d.e–
muestra la unidad de la
Igle~ia
y
que los here–
jes se hall an fuera de ella. San Hilario es uno
de los mas célebres defensores de la religion:
San Agustín le llama «el ilustre doctor;»
y
Sun
Gcrónimo,
«
un rio de elocuencia. »