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VIDA DE CRISTO

rábola del fuerte armado, que habiendo sido arrojado

de una casa , vuelve con mayores fuerzas , entra en élla

con

mano a rmada,

se

fortifica,

y

no se le puede vol-

v.er

á

echar.

-

'

La parábola de los convidados

á

la cena, que con

pretextos fr ívolos rehusan asistir, úno por ir

á

ver su

nueva casa de campo, ótro por

ir

á.

probar cinco yun–

t as de bueyes que babia comprado, éste porque se ba–

bia casado, aquél por negocios de su comercio

y

por

o tros embarazos ; esca parábola , digo, pi nta bastante vi–

~ib l~mente

la indife rencia de los que

se

apartan de

la

comunion,

y

que por su apego ·

á

las cosas de l;;i

tie–

rra se hacen indignos de la cena de las bodas .del Cor–

dero.

La

parábola del hijo pródigo es una de las m.as

bien descriptas,

y

de las mas bien circunstanciadas ,

y

la

que hace

la

pintura mas natural de una alm.a que se

apa rta de

Dios;

pues describe todos los pasos· que

da

el

pecador en todos los desórdenes de .su vida; pero ·así–

n1ismo representa todos los resortes_que la divina mi–

sericordia pone en mov.imiento , los caminos admirables

de que Dios se sirve para convertir al pecador,

y

la bon–

dad con que le recil::ie

~uando

vuelve á

él.

Ora sea una historia lo que se cuenta del rico glo –

ton,

cor~o

lo Green los mas; ora sea una simple pará–

bola, como lo piensan ótros; nada da

á

conocer mas

bien las ·infinitas desdichas de los dichosos del siglo que

viven olvidados de D ios, ni las ventajas de una vida

hu–

mllde

y

laboriosa, cuando está animada de una pacien.–

d a cristiana. Finalmente, queriendo el Salvador dar una

idea,

ó

imágen sensible de su Iglesia, decia (

lWatth.

13. ):

El

reyno de los ciel<:>s es semejante á una red, que echada

al

mar congrega de toda suerte de peces buenos

y

ma–

los; los cuales se separan des pues

en

la playa, ponien–

do los buenos

a

parte

'en

vasijas,

y

echando fuera los

malos. Así en el dia ·del juicio se .apartarán los escogi–

dos de Dios de los r éprobos. De este mod0, acomodán–

dose el Salvador

á.

la capacidad de un pueblo entera-

mente terreno y grosero , .les haci a sensibles las verda –

des mas 'espirituales y con estas comparaciones senci–

llas

y

famili ares es descubría los mi sterios mas ocul–

tos:

entonces

fue cuando

se c u•mplió lo

que

habia di-