Table of Contents Table of Contents
Previous Page  89 / 404 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 89 / 404 Next Page
Page Background

....

SENOR NUESTRO.

75

ro-dia vendrá ._ en que les será quitado el Esposo , y en–

tonces ayunarán,

y

su ayuno será harto mas austero que

el vuestro.

Pocos dias despues, yendo Jesus

á

la ciudad de Nain,

encontró

fi

la puerta de la ciudad el acompañamiento

de un jóven que llevaban

á

enterrar: el tal era un hijo

único de una viuda, la cual iba en el acompañamiento

desconsolada y llorosa. El Salvador-., movido á compa–

sion de la afligida muger, la dixo: No llores; y acercán–

dose luego á las andas , puso sobre éllas la mano,

y

le

dixo al muerto: Mancebo., levántate, yo te lo digo: lo

mismo fué decir esto, que incorporarse el muerto, sen–

tarse sobre las andas, y empezar

á

hablar;

y

cogiéndole

Jesus de la mano, le entregó sano

y

bueno

á

su ma–

dre, No se puede decir cuál fue la admiracion de todos

los circunstantes: iSe vió jamás cosa igual, se decian únos

á ótros, llenos de un santo

temor~

i

se vió jamás un

profeta tan

grande~

La fama de este prodigio se exten–

dió bien presto por todo el pais .,

y

no babia quien no

quisiera ver

y

oir al que hacia semejantes milagros.

Los discípulos de san Juan fueron á ver á su maes–

tro á la cárcel,

y

le contáron todos estos prodigios: en

lo aturdidos y pasmados que estaban, conoció claramente

el santo Precursor, que aunque les babia dicho tantas

veces y tan expresamente que Jesus era el Mesías, to–

davía no lo creían; y así quiso que fuesen

á

con ven–

cerse de éllo por sí mismos. Habiendo, pues., ido los dis–

cípulos de Juan

á

hablar al Salvador ·, le dixéron: Juan

Bautista nos ha enviado

á

saber de ti, si eres el que ha

de venir., ó si debemos esperar ótro.

El Salvador, que estaba rodeado de una infinidad de

gente., no les respondió por el pronto: curó entretq.nto

en presencia de éllos todos cuantos enfermos habían ve–

nido

á

él,

é

hizo

á

su vista un gran número de mila–

gros;

y

encarándose despues á los discípulos de Juan,

les dixo: Id á contar á vuestro maestro todo lo que aca–

bais de ver: deddle que los ciegos ven, que los cojos

andan por su pie., que los leprosos quedan limpíos ., que

los sordos oyen· , que los muertos resucitan., y que será

bienaventurado el que no se escandalizare de mí; es de–

cir, el que no dudare de mi divinidad al verme en la