VIDA
. bian esperar naturalmente. La mansedumbre
y
la modes·
tia de la saatísima...Vírgen ablandáron é hicieron tratables
desde el prime!' dia aquellos espíritus fieros y supersticiosos,
y
aquellos corazones insensibles hasta entonces
á
las miserias
agenas; por otra parte, cierto ayre de rnagestad sobrenatu–
ral qu
e relucia en el niño Jesus, .daba tal .golpe, que no se le
podia
mir.ar-sin veneracion y
sin .ternura. Permaneció <3n
Egipto la santa familia hasta la muer.te de Heródes; esto es,
un año con poca diferencia; pues habiendo muerto infeliz–
mente .este tirano pocos .meses .despues de .haber hecho de–
gollará los niños inocentes, el ángel del Señor se
aparecí~
en sueños
á
san José, y le dixo: Toma al niño
y
á
lama–
dre,
y
·volvéos á la tierra de Israel, porque los ,que querian.
mata·r .al niño han muerto ya. Lev.antóse .san jasé, tomó
al niño
y
á
la m.adre,
y
se vino
á
la tierra de Israel ; perq
oyendo decir que Arquelao reynaba en la Judeae¿n lugar de
.su padre Heródes,
y
temiendo que con el cetro hubiese he–
redado la ambician, los zelos
y
la crueldad de su padre, no
se atrevió á ir allá; pero avisado en sueños que fuese
á
Ga–
lilea, se retiró "á Nazaret, ,que era el lugar de su nacim.ien–
.to,
y
.el delnacimierito de la santísima Vírgen. En esta afor–
tunada dudad permaneció oculto .este .rico :tesoro por mu–
cho tiempo: en este <>bscuro retiro alimentó
y
·crió la M'l~
dre de Dios á un Dios niño con .todo el amor .,.-canto.do ·el
cuidado, con todoelrespetoquemerecia tan querido hijo, el
.cual era Dios
y
hombre á un mismo tiemp.o.
.
La sagrada Historia nada mas nos dice ·en particular ni
de
la
madre y .del hijo mientras estuviéron en este obscu-.
ro retiro; _sin duda porque es mas fácil imaginar, que de–
cir todo lo que pasó de maravilloso., de misterioso
y
de ine–
fable durante la santa infancia, y en aquella primera edad,
del Salvador, así por
p~rtede
la mas
san~a,
de la mas tier-.
na
y
de la mas ?mante,de todas las madres, como
por
par–
te del mas admirable, del mas hermoso
y
mas respe–
tab1e de todos los niños. Puede decirse que todos los torren–
tes de delicias sobrenaturales en que son inundados los bien,.
aventurados, se hallaban como unidos en esta santa
fami~
lia. ¡Qué ternuras, y qué transportes de amor los de la san–
tísima Vírgen
á
vista de su querido hijo! Su corazon estaba ..
todo ocupado en contemplar
á
su querido hijo, el cual le
t e.nia en sus brazqs
continuame~te
,
y
l.e queria cien veces