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DE LA SANTiSIMA

ViRGEN.

.

~85

a?undaba el

t~~to

ordinario de esta sapta familiaJ San Jo–

se

con su trabajo procuraba proveer a las necesidades

de

la vida ;

y

la sahtísima Vírgen cuidaba del corto mehage

.,sin perder jamás

de

vista

á

su querido hijo. Jamás

hub~

·vida mas perfecta, jamás se vió familia mas santa, mas

respetable, mas dichosa , ni mas digna de los homenages

de los ángeles

y

de los hombres en 1nedio de su misma

.obscuridad.

No se sabe precisamente el tiempo en que murió san

José; lo cierto es, que

ya

no vivia cuando Jesucristo em–

pezó

á

predicar su evangelio: murió, pues., con la muer–

te de los justos durante la vida . privada

y

oculta de Je–

sucristo en Nazaret.

Es

seguro que ninguna muerte fué

mas preciosa

á

los ojos de Dios, que ninguna fue mas di–

chosa; pues espiró este gran Santo entre los brazos de

Je–

sus

y

de

María:

Por mas resignadm que estuviese la santí-

_sima Vírgen para cua lquiera acontecimiento, con todo la

separacion de su casto Esposo no dexó de serla sensible.

Pero como era

María

el ·ornamento

~e

su sexo, convenia,

dice san

Ambros io~

que despues de

~haber

sido el modelo

y

la glbria -de las doncellas

y

de las casadas , sin haber

dexado de ser virgen ., :fuese tambien el modelo mas per-

fecto de las viudas, siendo una de éllas.

-

Entretanto llegó el tiempo en que el Salvador debía

manifestarse

al

mundo;

y

es probable que descubrió

á

la

santísima Vírgen la intencion que tenia de ir á pasar cua–

renta

dias en el desierto, debiendo ser sµ retiro

y

su

ayu–

no como el preludio de su vida pública, y por decirlo asÍ,

la primera época de su mision. A su vuelta, habiendo jun–

tado los primeros discípulos,

fué

á

Nazaret, donde esta,..

ba su querida madre: pasó con élla algunos días , comu–

nicándola, sin duda, 'el ·plan

y

la economía de sus tra–

bajos

y

maravillas.

·

Habia empezado Jesucristo á anunciará los pueblos el

reyno de los cielos, cuando fué convidado por algunos

de

sus

parientes carnales á asistir con su madre

y

sus pri–

meros discípulos á una boda que se hacia en Caná.,

pequ~ña ciudad de Galilea, poco distante de Nazaret. Estan–

do comiendo, se acabó

el

vino: advirtiendo la santísima

Vírgen, que estaba

á

la mesa junto

á

su Hijo, el em....

barazo en

.que se hallaban

lo~

que

le

h~bian

convidado,

,