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DE LA SANTISIMA VÍRGEN.

~8t

Salvador, le

~endrán

por juez. Finalmente te digo

á

ti

en

particular, que tendrás no poca parte en todo lo que pade–

cerá este tu querido bjjo,

y

que una espada traspasará tu

alma por el dolor que sentirás al verle padecer

y

morir en

el n1as cruel de todos los suplicios.

Es probable que esta prediccion no la cogió de nuevo

á

la santísima Vírgen. Instruida en todo el 1nisteri0 , había

ido élla misma

á

ofrecer su querido hijo al Eterno Padre en

calidad de víctüna, consintiendo

y

subscribiendo de todo

corazon

á

cuanto el Salvador babia determinado padecer

y

sufrir por la salvacion de los hombres. Esta resignacion

en la voluntad de Dios, este asenso

á

sus órdenes no fue el

menor sacrificio que la santísima Vírgen tuvo que hacer

durante su vida;

y

por esto, sin duda, no se movió ni dió

un paso por defender la inocencia de su querido hijo du·-

rante

gu

pasion.

'

§.XXI.

/

Huy·e la santísima Vírgen

á

Egipta

con el niño Jesus.

No

estuvo mucho tiempo

Maria

sin ver el

cMmpl-imi.en

..–

tode lo que el.santo viejo Simeon la habia pre

dicho tocante

á

las persecuciones que se suscitarían contra su hijo; pues·

apenas la santa familia babia llegado

á

Nazaret, de vuelta

de Jerusalen, cuando un ángel se apareció en sueños

á

san

José, y le dixo de parte de Dios que se levantara al instan–

te, que tomara al niño y

á

la madre,

y

huyera

á

Egipto,

y

que no volviera sin una órden ex_presa del cielo; porque

va á suceder, le añadió, que Heródes buscará al niño pa–

r-a quitarle la vid;a·;

y

así no hay que perder tiempo-.. Le–

vá1n~ase·

José, .toma

á

la madre

y . al

nifio, y se retira

á

Egipto. El viage era largo

é

incómodo, sobre todo para una

muger jóven y muy delicada. El término del viage no po–

día servirles de consuelo, pues iban

á

vivirá una tiera ex–

traña entre un pueblo idólatra,

y

naturalmente duro con

los extrangeros. Pero Dios, en cuya mano está·n los cora–

zones de todos los hombres, trocó de tal suerte el de losegip–

cios en favo.r

4e

esta familia refugiada, que fue recibida de

todos con' uria benignidad

y

una caridad, cuales no se de-