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·1
•
DE LA SANTÍSIMA VÍRG:fj:N.
2
s7
sal;
y
l\1aría
pone en
el
muo do al Redentor
de
todos
103
homores.
Judit libra
á_
~u
nacion. del formidable Holofernes, que
h?'bia jurado ani9uilar
el
pueblo judáico;
i
y
á
quién me–
jor que
á
la sant1sima Vírgen convi ene lo que el sumo
sacerdote J oaquin dixo de esta heroína
(Judit h
J
6.):
Tú
eres la gloria de Jerusalen, la alegria de Israel
y
la hon–
ra de nuestro pueblo; Dios se ha servido de
ti
p ara
li–
brarnos de nuestro mas mortal enemigo, porque amaste la
castidad mas
que ninguna
otra persona
;y
así
serás
bendi–
ta
eternamente. Tú eres bendita del S eñor Dios excelso so–
bre todas las muf.!eres,
la d ixo Ozías, caudillo del ·pue–
blo
de
Israel. iQuién no ve en todos estos rasgos lo mas ex–
qui sito
y
lo mas
fino,
digámoslo así, de la p in tura de la
santísima Vírgen, madre de Dios,
y
esto, seiscientos
ó
setecientos años
antes
que viniese al mundo?
.
Todos los profetas han hecho el retrato de la Madre
de
Dios al hacer el de su Hijo. No ha habido intérprete del
Espíritu santo que no haya hablado de vos, Virgen san–
tísima, eclama san Andres de Creta; vos sois el asunto
ordinario de sus oráculos,
y
el objeto de los retratos ale–
góricos
que
nos han dexado.
A
í
corno se debia preparar
el
mundo para el misterio inefable de la encarnacion
del
Verbo divino por las profecías, djcen an Crisóstomo
y
san
Gregario
Niseno, tambien se debia preparar por
las
profecías el espíritu humano para creer
que
babia de ha–
ber una Madre siempre vírgen,
y
una pu ra cria tura ver-
·daderamente madre de Dios. Mirad, dice Isaías mas
de
seiscientos años antes del nacimiento de María, una
vír–
gen conc.ebirá
y
par ira un hijo, sin dexar por eso de ser
vírgen (
I sai.
7.)
Ecce concipiet, et parlet ftlium.
E1 Señor
ha obrado sobre la tierra un nuevo prodigio, dice Jere–
mías .(
J erem.
3
r. ).
U
na muger llevará en
su
seno un va–
ran, un hombre perfecto; es á saber, un hombre
Dios~
dicen los inté rpretes; el cual, baxo la forma
de
un niño,
es la fort aleza,
y
la sahidu ría del mismo Dios, el resplar:i–
dor de
su
gloria
y
la figura
de
s~
substancia,
que
sostiene
y
lleva todas las cosas con
la
vntud
de
su palabra
toda
poderosa
(Heb.
2.).
Creavit Dominus no·vum super t érram:
fr:emina
circumdabit virum.
(
Cant .
6.)
¿Quien es
és ta
pa-
. recicla
á la aurora,
que
viene á anunciarnos
el
nacimien-