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-VIDA

despide de sí: los mismos ángeles quedan absortos de ad–

miracion desde el primer instante que se dexa ver sobre

la tierra:

/.Qute est ista,

exclaman,

quce ascendit de deser–

to deliciis affluens?

i

Quién es ésta que sube del desier–

to, llena de las mas suaves delicias,

y

despidiendo de sí

un

re plandor que deslumbra? iQuién es ésta? Es la rey na

d'"'l cielo

y

de la tierra , se les responde con toda la Igle–

si~.

Es

la hija querida del Altísimo:

es

aquella Vírgen sin

mancha, be ndita entre todas las mugeres: aquella Vírgen

b ienaventurada que

ha

logrado la dicha de ser madre sin

dexar de sér vírgen: es

el

arca de la nueva alianza: la

e trella de

la

mañana, como canta la lglesia, que nos

anuncia el próximo nacimiento del sol: es la madre de

mise ricord ia, el

a

ilo de lo pecadores, nuestra vida, nues–

tro consuelo, nuestra esperanza:

Vita,

dulcedo, spes nos–

t1·a.

Es

nue tra fiadora para con Dios, dice san Agustin:

nuestra mediadora para con el soberano Mediador, dice

san Bernardo: nues tra abogada, nuestra paz, nues·rro

gozo,

dice sqn Efren; en una palabra, es la madre

de

Dios : esta sola cualidad, dicen los

PP. .,.

encierra en sí

todos los mas pomposos

y

tnagníficos títulos. Solo

Dios,.

dice san And res

de

Creta, puede hacer el digno elogio

y

el verdade ro retrato

de

la san

ima

Vírgen; porque iqué

cosa

hay

en el cielo ..

ó

en la tierra, dice san Agustín, mas

augusta, mas grande, ma respetable despues de Dios, que

la

madre del mismo Dios? La vida de esta divina Madre

es

la

que voy

á

escribir: ningLJna hi storia debe iateresar

mas

á

todos los fieles : ninguna puede serles mas

útil

des–

pues de la de Jesucristo.

Habiendo determinado Dios

de

de

la

eternidad que

el

Verbo se hicie

e

hombre para satisfacer plenamente

á

la ·

justicia divina ofe ndida é ir r itada por- el pecado del pri,

mer hombre , le escog ió para mad re una vírgen, en cuyo

seno debia ob ra rse este misterio: esta bienaventurada cria–

tura

fué

Marfa, hija

d'e

Joaquin

y

de

Ana, de la tribú de

Judá,

descendiente de la sangre real de David

(Joan.

21. );

la cual , como habla san Bernardo, debía ser la obra mas

e,xcelente

y

mas

c~bal

que

~abian

de ver todos los siglos.

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