245 / 404
VI·DA
DE LA
SMA.
VÍRGEN l\t1ARí A,
MAD .RE DE
DIOS .
Escribir
.la vida de la sa ntísima
~írgen
Mar.fa,
madre~
de Dios, es hacer un compendio
y
resútne
n .de todas las
maravillas del Señor: es reunir baxo un punto de vi sta
todas las mas brillantes virtudes; es hacer una pintura de
la obra mas perfecta que ha salido de las manos de Dios;
y
por consiguiente, es .hacer el retrato de la mas santa,
de la mas exGe'lente,
y
de la mas perfecta de todas las
puras criaturas. Ninguna cosa, decia san Bernardo,
me
espanta mas que el tener que hablar de la santísima Vír-–
gen: para hacerlo dignamente no sería bastante tomar de
sobre el altar un carbon encendido,
y
purificar con él mi
lengua, como en otro tiempo se hizo con lsaías; sería
me–
flester un globo de fuego que., consumiendo toda la herrum–
bre, me hiciese bastante elocuente, bastante hábil para
poder decir algo que no desdixese· de la grandeza
y
perfec–
ciones de la madre de Dios:
No11
quidem_carbo unus, sed
igneus globus, et igneus ajf'eratur•
.§.
I.
Idea general de las prerrogati'Uas de la santísima
Vírgen.
No hay que extrañar el que una muger
ve~tida
del sol.,
que tiene la luna baxo sus pies.,
y
una corona · de doce
estrellas en la cabeza deslumbre con el resplandor que
p
4
I