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VIDA DE CRISTO
.muerte como una oveja que van á degollar,
y
guarda un
profundo silencio: será semejante á un cordero que es–
tá
mudo delante del que le trasquila:
Et
q-uas'i
agnus
coram tondente se obmute.rce't.
' Pero como sin embargo
de las iniquidades agenas, de que se dignó cargarse ,
y
de que se halla inocente , es santo
y
justo por excelen–
cia
y
por naturaleza, justificará con su muerte un gran
número de criminales :
Justificabit ipse justus rnultos;
y
por cuanto se · entrégó
á
la muerte por la expiacion de.
los pecados.,
y
oró. por los mismos que le quitaban la
vida , verá una numerosa posteridad.,
y
reynará en todo
el universo., y mas allá de todos lós siglos:
Si
posuerit
pro pee
cato animam
suam,
videbit
semen longtevum.
i
Quien
no conoce en esta pintura alegórica el verdadero retrato
de Jesucristo
muriendo~
Todos los <lemas profetas no se proponen otro blan–
co que
á
Jesucristo. El es el principal objeto de aque_lla
multitud ·de predicciones que tiran é imprimen los rasgos
mas vivos y mas naturales de su vida. Entre todos los pro–
fetas ri.o hay uno que no sea como el rey de armas de es–
te Hombre-Dios, cuya 1>aQtidad
y
divinidé!d publican al
mismo tiempo que predicen su venida. El es nuestro
Dios, dice el profeta Baruc ,
y
ningun ótro subsistirá
delante de él: ·
Hic est Deus nvster
,
et non testimabitur
alius adversus eum
(
Baruc.
3.): él es el que encontró los
·caminos de la verda4era ciencia., el que
l~
dió
á
Ja–
cob su siervo,
y
á
su querido Israel. Despues de esto fue
visto sobre la tierra,
y
conversó con los hombres.
Post
hcec in terris visus:est, et
1
cum hominibus _conversatus est.
Quiere decir, que este Dios, cuya bondad· es tan iiicom–
prensible ,-como infinita su misericordia, despues de ha–
ber instruido
y
preparad.o á su pueblo ea la escuela de
los profetas, despues de haberle hecho con estas pintu–
ras alegóricas, y con estas predicciones mu¡tiplicadas ca–
paz de un misterio tan sobre la capacidad del espíritu
humano, se hizo visible sobre la tierra por su encarna–
cion; y hecho hombre, se dignó conversar familiarmen–
te con los hombres, y hacerse semejante á éllos.
Se
puede decir que todo -el viejo testamento es una
eontínua alegoría de los misterios contenidos en el nue–
vo ,
y
singularmente del de la encá
1
rnacion del Verbó, ba-