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VIDA DE CRISTO
cha verdaderamente madre de
Dios.
En el mismo mo–
mento todos los ángeles adoráron á aquel
á
cuyos mé–
ritos
deJ:>~an· .:,el
haber.perseverado en gracia; y los hom–
bi:~s
tuv!eron un Redentor., y el mun_do
y
un Salvador,
y
un Mediator todopoderoso entre Dios y los hombres.
Aunque el evangelio no habla sino de la operacion del ·
Espíritu santo en e te inefable
mi
terio, sin embargo,
esta m'ilagrosa produccion fue
igualmente obra de las
tres d·ivinas Personas; pero
se
at ribuye partLnlarmente al
Espíritu santo por atribuirse á esta
person~
divina las
'Obras en ·que re plandece mas la caridad
y
la misericor–
dia , como sucede en ésta.
.
§.
v.
La santísin:a Vírgen va
á
visitar
á
santa Isabel.
Habiendo sabido la santísima Vírgen por el mismo
~n
gel el singular favor que babia hecho el Señor á su pri–
ma Isabel., resolvió irla
á
visitar para darla la enhora–
buena,
y
por obedecer
á
la inspiracion divirra que la–
movia
á
hacer esta visita, no ·tanto po.r cumplimiento
y
por bien parecer ., cuanto por motivo de ·caridad, puei
sabía que esta visita debia ·ser muy ventajosa, así al hi–
jo como á la madre.. Partió., pues, María, sin detención
á
la_s montañas de Judea; llegó á la ciudad ·ae Hebron
en donde vivia Isabel: su presencia obró muchos pro–
digios en .favor de la ·madre
y
del hijo: el niño -que lle–
vaba I abel eo ·su vientre ., el cual no tenia sino seis me–
ses , fue ilustrado de una luz sobrenatural que le dió
á
cQnocer quiénes eran · los •que ·le visitaban,
.y ·
en el mis–
mo instarote quedó santificado: los ·saltos sob1'€naturales
que dió fueron la
señ~l
'·Y
prueba de su gozo
y
su
res~
peto. Advirtiólos
ia
madre; al m"ismo tiempo,
ll~na
éUa
tambien del Espíritu ·santo -, :conoció ·el ·inefable miste–
rio de 1a Encarnacion
y
todt>s los prodigios que babia
obrado el Señor -en . la ·que la hacia
el
honor de visitar–
la. Y así, llena de .admir:acion
y
de gozo, ·apénas hubo
eido la voz de
María -,
éwando ·exclamó ·con un santo
transpGrte :
Bendita eres entre todas las mugeres,
y
ben-