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r

..

SENOR NUESTRO.

habitar con élla. Entre estas dudas se le apareció un ángel,

y

le dixo : José , acuérdate que eres de la casa de Da–

vid, de l a cual ha de nacer el Mesías prometido;

y

no

creas

~ue

ca rece de misterio el haberte dado el Señor

á

Maria por esposa, la cual es de la misma familia real

que tú : sábete que el niño de que está preñada,

y

que

ha

concebido milagrosamente por la virtud del Espíritu

santo, es el Salvador del mundo, el hijo único del Pa–

dre eterno, el Mesías

pro~etido,

y

Dios

te ha escogi–

do

á

tí para que durante su infancia seas su tutor, y le

proveas de alimento,

y

para que en este sentido seas

su padre; y así no temas quedarte á vivir con María

t u

esposa: tú eres el custodio de su honra

y

de su vir–

ginidad , porque si no h_ubiera tenido esposo, no hubie–

ra podido ser madre sin infamarse. Le pondrás al niño

el nombre de Jesus, para que conozcan los hombres· que

este niño es el que los ha de salvar, el que viene

á

ofre–

eerse en este sacrificio por la expiacion de los pecados de

todos los hombres.

Instruido é informado san José de este gran miste–

r io, y de la dignidad del empleo para que el cielo le

destinaba, no miró ya

á

la santísima Vírgen sino como

á

la madre del Redentor: su ternura para con élfa cre–

ció juntamente con su veneracion,

y

la eleccion que Dios

había hecho de él para que fuese esposo de la madre de

Dios solo sirvió · para hacerle todavía mas santo

y

mas

humilde.

§.

VI.

El nacimiento de Jesucristo. ·

Estaba la santísima Vírgen en el nono mes de su pre–

ñado, cuando se publicó un edicto de Augusto César,

que ordenaba se hiciese una exacta descripcion

y

enu-

1neracion de todos los súbditos del imperio ,

y

que se le

formase un estado de éllos. La -árdeo para -hacer la des–

cripcion de los judíos se le encargó

á

Cirino, comandante

de la Siria; porque aunque la Judea no era todavía tri–

buta.ria, ni estaba puesta en el número de las provincias

del imperio , Augusto miraba ya

á

los judíos como

á

Torn. VI.

B