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VIDA DE CRISTO

á

sus súbditos, y al"mismo rey Heródes le miraba·como

á

un esclavo. Para evitar la confusion que podia haber·

en la descripcion, se ordenó que todas las cabe·zas de.

familia concurriesen á la ciudad de donde era originaria

su familia para hacerse escribir en los registros públi–

cos, y para pagar la capitacion ·general que se babia

impuesto. En todo nó tenia Augu·sto sino miras de ava-.

r icia y de ambician; pero la Providencia divina disponía

así las cosas para que_precisados José

y

María

á

concu–

rrir

·á

Belen, el Mesías viniese al mundo en la ciudad

que estaba predicho babia de nacer.

1.

, ·

(

·

· .Hiciéron José

y

María este viage con mucha pena

é

incomodidad , porque como todos .los de 1a familia de.

David habian concurrido al

mismo

pueblo en confor–

midad -de: lo que ·ordenaba él edicto· , ' estaban llenas to-,

das J:as

pc>sáda~

r;

ad~mas

que,el est:ado pobre de:la san–

tísima.'' Yírgé'n'

' y

de san·

r

José -.hacia que no· se llevase

mucha cuenta con éllos para admitirlos ·en ·las posadas; ·

y así , no hallando en donde alojarse en la ·ciudad, se

viéron precisados

á

retirarse á una gruta

Ó'

cueva cava..

da en una roca, la cual pertenecia á una posada que

estaba juntoiá una de las puertas de la ciudad por de–

fuera,

y

que servia de establo á d a posada. Este fué el

lugar qúe el soberano Señor del cielo y tierra escogió

para nacer. Todo debia ser extraordinario en el naci–

miento de un Hombre-Dios. Los príncipes de la tierra,,

tan puros hombres como los mas viles de sus súbditos,

tienen necesidad de nacer en soberbios palacios , á fin

-de que el resplandor y magnificencia del lugar ensal–

cen, de algun modo, la flaqueza natural de su nacimien–

to, el cual sin esta pompa exterior nada tendria que

le distinguiese del nacimiento del menor de sus súbditos;

per9 un Dios-Hombre no tiene necesidad de un resplan –

dor ágeno : él mismo •es toda su magestad y toda su glo..

ria :

á

·sus · ojos lo mismo vale el trono mas soberbio_que

el establo mas despreciable : lo mismo el palacio mas

magnífico, que el pesebre mas pobre: . parece tambien

mas conveniente que un Hombre-Dios, habiendo de na–

cer sobre la tierra,

na~iese

en un lugar que no presta...

se ·ni contribuyese nada á la idea que debemos tener de

su infinita grandeza -y de su magest_ad·

divina .